七十七

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Taehyung encendió la luz al arribar a la alcoba, avanzó para regular el aire acondicionado diligentemente cuando fue alzado por el fénix.

─ ¡Kookie! ─exclamó con sorpresa, su corazón latió hasta casi salir de su pecho.

─Siempre haciendo travesuras, pequeño novio de fénix ─murmuró llevándolo hacia la cama, lo dejó sentado contra la pared y alzó una de sus piernas observando la planta del pie con manchas de tierra. Delineó el arco ocasionando un hormigueo.

─ ¿Q-Qué haces, Jungkookie? ─El escalofrío lo recorrió entero, su respiración se alteró al verlo casi entre sus piernas, su mente fue un desorden y sus mejillas arreboladas delataron su estado aturdido dándole al contrario ganas de morderlo.

La habitación pareció achicarse y la profunda noche les dejó los sentidos enfocados en cada acción ajena, todo lo demás desapareció.

El Segundo Príncipe estuvo con los brazos vacíos tantos días, escuchando las travesuras del polluelo en el Palacio Sur por boca de otros, lo torturó la imagen del niño en su ropa paseando como un adorable fantasma y diciendo que se casarían cuando regresara de Los Confines; aceleró sus actividades en el Territorio Sur y el Reino de la Dicha Pura dejando sin trabajo a You Wen, presionó al Palacio de Tuo Luo para encontrar a la familia de las grullas damisela y la Casa del Matrimonio ya no tenía mucho que gestionar el resto del mes gracias a él... todo para este momento.

Un momento cotidiano junto a la adorable estrella.

─Te ensuciaste los pies, si sigues caminando por ahí mancharás todo el piso.

─Oh... entonces iré a lavarme. ─Intentó levantarse mas, fue detenido.

─Yo lo haré.

─Eres un príncipe celestial, no andes haciendo estas cosas; iré a lavarme, ya vuelvo.

De nada sirvieron las negativas, minutos después estaba acostado en la cama mientras recibía la atención del dios del fuego. No quiso saber si era el único azorado así que se tapó el rostro; en el silencio de las cuatro paredes sólo el agua salpicando hizo eco.

─ ¿Te quedaste dormido? ─susurró el Segundo Príncipe jugando con los dedos, su toque liviano generó cosquillas.

─ ¡K-Kookie! ─reclamó el niño pataleando.

─Quédate quieto, TaeTae.

Las cosquillas fueron reemplazadas por reconfortantes masajes, el castañito se relajó y cerró los ojitos. En un momento de descuido, notó la sombra del Guardián Sur a través de sus párpados donde el contrario depositó varios besos mariposa. Las largas pestañas dejaron cierta comezón en los atrevidos labios al separarse.

─ ¿Ya terminaste, Jungkookie? ─susurró suspirando, apretó la colcha lleno de su presencia.

─Todavía no ─respondió, su tono de voz fue ambiguo.

Zheng Guo regresó sonriendo a su tarea; al finalizar, no usó sus poderes para evaporar las gotas, eligió secar ambos pies con una toalla como cualquier mortal. El almibarado abrió lentamente sus ojitos de flor de melocotón con un toque cristalino y puro viendo el apuesto perfil concentrado, su mano se alzó en su dirección, aturdido, aferrándose a todos los sentimientos que brotaban igual a un torrente continuo derramándose en su corazón.

─Te quiero mucho, Jungkookie, mucho, mucho, mucho ─confesó jugando con algunos cabellos ajenos, todavía a contraluz, la imagen quedó firmemente grabada en su alma.

─Yo también te quiero mucho, mucho, mucho, futuro Príncipe Consorte del Territorio Sur... te amo, mi pequeña estrella.

─Y-Ya te dije que no bromees así, n-no sé cómo debería responder.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now