四十

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El Segundo Príncipe conocía muy bien a sus padres, si el Consorte Real había hospedado a su polluelo en la Segunda Mansión significaba que le agradaba y lo demostraría entreteniéndolo él mismo en todo el tiempo libre que tuviera; por el lado del Dragón Azur, no era un misterio que estaría del lado de su esposo incondicionalmente. Así que si deseaba llevar a Tae a una cita, tendrían que salir del Palacio de Jade antes de que Xi Zhen cruzara la puerta de la Segunda Mansión. Por ello, mientras los sirvientes preparaban algunos aperitivos, tuvo que separarse de la boca ajena para que ambos se alistaran. Taehyung estaba nervioso pero la expectativa brillaba en sus bonitos ojos de flor de melocotón por poder salir con su persona especial. El qilin fue su asesor moviendo su cabeza de largos cuernos y melena de fuego mostrando su apoyo o disgusto, el Consorte Real había dejado varios trajes hermosos y suaves y el niño pensó que no habría atuendo mejor. Zheng Guo también tomó especial atención a sus prendas, con la ayuda de Cao terminó vistiendo un hanfu brocado que resaltaba su cuerpo tan alto y erguido como el bambú.

Regresó al patio para recoger a Tae, entrelazó su mano a la ajena disponiéndose a salir del patio, cuando los sirvientes quisieron seguirlos, tuvo que ordenar que se quedaran y prometió que se llevaría toda la culpa si el Consorte Real se enojaba por no acompañar al joven maestro para servirle, la dama Yun le entregó la canasta roja con los aperitivos rendida.

Ambos salieron del Palacio de Jade sin soltarse; en el complejo fuera de la gran construcción, subieron a una discreta carroza y se alejaron por el horizonte rodeado del valle de nubes. Taehyung pensó que al completar la huida, el Segundo Príncipe soltaría su mano, pero al primer intento de soltarse, Zheng Guo la envolvió con las suyas e hizo círculos en la piel suave. El niño sonrió mirando a otro lado cuando sus ojos se hallaron, enamorando más al príncipe.

─ ¿A dónde vamos, Jungkookie? ─preguntó para romper el silencio.

─Es un secreto ─susurró sonriéndole, llevó los largos dedos a su boca para dejar suaves besos en las puntas ligeramente rojas.

El dios del fuego no era la deidad original destinada a cuidar de la Casa del Matrimonio pero el anterior encargado murió en manos de un servidor del Señor del Inframundo y después de la masacre de más de la mitad de sirvientes y guardias junto al inmortal, el Emperador de Jade concluyó que poner el destino de los hilos bajo la protección del Palacio Sur haría que todos pensaran dos veces antes de siquiera imaginar otro ataque. Al fénix no le apasionaba realmente encargarse de asuntos humanos como el romance, sin embargo, ya que la tarea le fue dada, trató siempre de estar a la altura de lo que su padre esperaba de él, fue bastante meticuloso al leer los registros y completar cada labor. Mas, eso fue antes de Taehyung, ahora consideraba los libros de la Casa del Matrimonio una fuente de sabiduría, en las miles de historias y encuentros aprendió sobre el amor humano y fue anotando mentalmente muchas cosas.

Todas para hacer feliz a la estrella.

Luego de un corto viaje, el carruaje aterrizó en los territorios bajo el Palacio Sur. Zheng Guo ayudó al polluelo a bajar y fue el único en ver su gesto maravillado por el paisaje.

─El camino no es difícil ni muy largo, pero si te cansas no dudes en avisarme ─dijo antes de avanzar entre un grupo de piedras gigantes que parecían custodiar el lugar.

─Está bien, Kookie.

El canto de las cigarras siguieron sus pasos por la hierba a la que la presencia del Segundo Príncipe no afectaba en lo más mínimo, caminaron el tiempo que toma un palito de incienso en quemarse hasta que el fénix paró de improvisto. Tae que se encontraba absorto en los alrededores salidos de pinturas antiguas o selvas vírgenes de documentales que sólo vería en televisión, casi chocó con la ancha espalda pero los reflejos de Zheng Guo fueron más rápidos y lo retuvo.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now