六十一

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La prisión se hallaba en la parte más alejada y oculta del terreno, la construcción parecía sombría bajo la luz lunar dándole un aspecto siniestro y mortal, muy diferente al colorido ambiente donde el favorito del Rey de las Aves recibió a sus visitas. You Wen no tardó en ponerse al día con los guardias que capturaron a Erdenechimeg, con un sutil gesto indicó la celda a la que fue conducida, uno de los soldados prendió una antorcha mientras el duque You arrastró una silla y se sentó frente a la grulla damisela que ya parecía un fantasma.

─Acabas de pasar por la puerta de la prisión pero parece que ya hubiera leído tu sentencia ¿No tuviste el coraje de cortarte el cabello jurando que jamás pertenecerías al Segundo Príncipe y luego intentaste asesinar al Joven Maestro con un veneno que en el Di Yu está prohibido?

─S-Soy inocente... jamás se me ocurriría hacer algo tan b-bajo ─lloró tratando de encontrar piedad en el rostro contrario, el amable duque mostró una expresión fría antes de esbozar una sonrisa que no le llegó a los ojos.

─ ¿Quién te dio el veneno? ¿Fue tu sirvienta personal?

─ ¡S-Sí! Fue ella, p-pero nunca me dijo para qué servía, seguro mi prima se lo ordenó, ella siempre le hizo caso porque la recompensaba con joyas ─asintió moviendo la cabeza frenéticamente.

─ ¿Quieres que crea que pusiste ingredientes que no conocías? Eso es absurdo.

─Batbayar me acompaña desde hace muchos años y conozco a mi prima desde la infancia ¡No tenía motivos para desconfiar!

─En la Mansión Yánsè de Xīngzuò, también nos acusaste de usarte para envenenar al Joven Maestro ¿Qué versión debería creer?

─ ¡Estaba nerviosa! No sabía lo que decía.

Un soldado que se quedó en la Mansión Yánsè de Xīngzuò se acercó al duque susurrándole algo al oído, el aura alrededor de You Wen se hizo más peligrosa.

─Parece que la Bodhisattva Tuoluo no puede controlar a la gente bajo ella, es una pena. ─Se levantó, caminó hacia el Inmortal experto en venenos que aguardaba en el corredor  y le pidió que le entregara las masas, también dio una orden que nadie más pudo escuchar antes de volver a sentarse frente a la grulla damisela a la que le mostró el relleno terroso casi poniéndolo en sus labios─. Dijiste que tu prima sabía lo que harías, aun así, ella negó todo dejando que te trajéramos al calabozo y prometió cooperar con la investigación.

─ ¡Lo sabía! Ella lo sabía todo, esa maldita... espero que tenga un horrible final.

No ocultó el profundo odio que empezó a gestarse en su alma desde que Oyunchimeg la relegó a un segundo plano en los esquemas que discutían con Batbayar. Sólo la tomaron en cuenta cuando debían usarla.

Como el duque Nánbù De esperaba, las dos primas inicialmente pensaron que debían lidiar con una mascota masculina cualquiera, incluso usar el veneno no estuvo en sus planes porque creían que el Rey de las Aves sería una presa fácil, al tener a su disposición dos hermosas mujeres para acompañarlo en la cama en cualquier momento, a nadie se le ocurrió que no se les permitiera ni tocarle la sombra; el punto crítico llegó cuando el fénix no las puso en sus ojos en absoluto, declaró firmemente que las enviaría de regreso y contrario a lo esperado, la mascota masculina tenía todo el Palacio Sur a su completa disposición, no sólo eso, tenía un fuerte respaldo en la Familia Imperial. Al oír que estaba enfermo, las tres mujeres se reunieron y Oyunchimeg sacó un frasco con los frutos decidiendo aprovechar la oportunidad para deshacerse de él. Erdenechimeg dijo no saber el origen del veneno, sólo aceptó ponerlo en la comida sin preguntar mucho porque le prometieron que ella tomaría el lugar principal.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now