十九

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─Te di, ese veneno se esparcirá pudriéndote por dentro. ─Su cuerpo soltaba abundante humo, estaba malherido, mas, no le importaba.

─No cantes victoria tan rápido. ─Tomó la espina y la sacó de su carne. La sangre no tardó en manar─. Mejor dime ¿quién está detrás de todo esto?

─No te interesa.

El Yao Guai intentó usar la misma táctica otra vez, arriesgándose, se puso todo lo cerca que el Segundo Príncipe le permitió y soltó las espinas. Zheng Guo las partió con su espada antes de hacer aparecer una lluvia de saetas que cayó sin piedad sobre el demonio. El Yao Guai gritó mientras sus dos formas iban y venían demostrando que perdía el control de su cuerpo. El fénix desapareció el muro de ceniza y su hermano corrió hacia la escena.

─ ¿Quién estaba ayudándote? ─intentó otra vez.

─N-No... n-no te lo di-diré. Pero fue una buena pelea ─susurró antes de incendiarse por completo y morir.

─ ¿Estás bien, Zheng? ─El tigre blanco vio la herida de su pierna─. Debes quitarte el veneno cuanto antes.

─No es nada, ─cojeó alejándose del cadáver─, vámonos antes que el Señor del Inframundo se entere que estuvimos aquí.

Ambos príncipes abandonaron la Novena Ciudad, dejaron el Di Yu y subieron hacia el Palacio de Jade, Zhì Mín acompañó a su hermano por el corredor pensando que iría a la Villa Fáng pero el fénix fue hasta las puertas de la Segunda Mansión. Encima de la gran construcción, un letrero rezaba en letras doradas: "出污泥而不染"*.

─ ¿Qué haces, hermano?

─Padre ya regresó y debo recoger a Taehyung. Se alegrará al saber que puede irse a casa.

─Estás herido. ─Lo detuvo─. Además, volviste a tu aspecto normal. Tae piensa que eres un niño.

El Segundo Príncipe paró al escuchar a su hermano. Era cierto.

─Puedo transformarme.

─Ambos sabemos que si no te transformas en aves, tus formas son efímeras. No podrás aguantar tanto como para estar con él sin asustarlo por ver a un niño y de pronto haya un gigante hombre en su lugar. Taehyung es curioso, te preguntará por qué llevas una herida y no te dejará hasta que se lo expliques. Y justo ahora, no creo que podamos arreglar todo para que vuelva al mundo humano esta noche.

─Parece que lo conoces.

─Todavía no hablé de padre, él hará que el Emperador te mantenga aquí otros mil años.

El Segundo Príncipe cicatrizó su herida como lo hizo antes, ahogó un grito de dolor al extraer el veneno, esas espinas realmente eran un incordio, su cuerpo sudaba frío y se sentía algo débil.

─ ¿Puedes traerme un traje limpio, por favor?

─Espera aquí. No te muevas.

Zheng Guo se apoyó en una columna mientras el tigre blanco corría a gran velocidad hacia la Cuarta Mansión. Oyó risas dentro de la Villa del Consorte Real, una pertenecía a su padre, la otra a la Dama Peng y la más infantil a Taehyung. También oyó campanillas sonando por todo el lugar y a los sirvientes gritando y corriendo. Algunas cosas se cayeron.

─Ponte esto, Zheng. ─El Primer Príncipe regresó con un hanfu rojo─ ¿Qué pasa?

─Creo que están torturando a los sirvientes. ─Se ocultó entre los muros para cambiarse las prendas.

─ ¡Tienes razón! ─exclamó pegándose al gran Portón doble. Las puertas se abrieron haciendo que el Primer Príncipe casi cayera de cara.

─ ¡Cuidado, Su Alteza! ─gritó uno de los guardias.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now