─Siéntate, Zheng.

─Lamento la demora, tuve que revisar algunos registros. ─Se acercó al muchacho para ponerle la capa en los hombros.

─Gracias, Kookie ─dijo Taehyung bajito, su mirada parecía algo perdida y sus mejillas estaban teñidas de rojo. Zheng Guo notó rápidamente el motivo y fulminó con la mirada a su hermano.

─Hermano, brindemos. ─El Primer Príncipe alzó su copa hacia él seguido por los demás ignorando su mirada asesina. Taehyung también se sirvió una copa por lo que el fénix se la quitó sorbiendo el contenido y trasladó la jarra a su mesa.

─ ¿Sucede algo? ─interrogó el Consorte Real.

─Taehyung no bebe, padre ─indicó de inmediato.

─ ¡Es cierto! ─recordó apenado.

─ ¿Por qué me miras así? ─preguntó al notar el gesto "molesto" en la carita ajena.

─Acabas de quitarme mi jarra de vino cuando pusieron una para ti. ─Le sacó la lengua y el qilin lo siguió.

─Toma un poco de té, polluelo revoltoso. ─Le pasó una taza con la bebida caliente, antes de dejarla en sus manos la volvió a acercar a su boca para entibiarla por temor a que se quemara─. Ya bebiste demasiado.

─No quiero, Jungkookie ─se quejó apoyado en su hombro, desde ese ángulo el dios del fuego se veía muy guapo. No había forma de encontrarle una falla.

─Debes tomarlo.

─No, vayamos a caminar entre las flores.

─Si tomas un poco de té, prometo que lo haremos.

─ ¿Lo prometes?

─Lo prometo.

Al escuchar que era una promesa, Taehyung bebió obedientemente todo el líquido.

─Listo.

─Llevaré a Tae a despejarse ─indicó mirando a la pareja real.

Ayudó al muchacho a pararse y lo condujo por uno de los senderos entre los árboles del brazo, el viento nocturno acarició ese rostro dotado de belleza tratando de despejarlo durante la caminata. Aunque estaba preocupado por su estado actual, se maravilló en secreto. Algunos pétalos cayeron alrededor por la brisa posándose en sus hombros y cabello, la capa blanca le quedaba algo grande pero eso lo hacía verse más bonito. Taehyung notó la mirada ajena sintiendo calidez en todo su cuerpo y algo de pena. No podían culparlo, los bonitos ojos negros como la tinta tenían una profundidad desconocida. Conforme avanzaban, la mirada del fénix sólo se hizo más intensa, tanto que el polluelo tiró de una esquina de la capa para canalizar sus nervios.

─ ¿Por qué me miras así, Kookie? El paisaje es realmente hermoso, es un desperdicio si sólo miras mi rostro.

─ ¿Por qué sería un desperdicio? ─Lo acomodó en uno de los troncos al final del bosque─ ¿Por qué bebiste? ─dijo con voz grave, pasó su lengua por sus propio labios bajando su mirada hacia los rojos belfos que parecían más suaves que los pétalos de las flores.

Nadie podía culparlo por no admirar los alrededores si tenía a la flor más bella y rara de todas a su lado. En su vida pasada, nunca pudo verlo cara a cara, ahora no estaba dispuesto a desperdiciar ninguna oportunidad.

Ahora, hasta podía tocarlo y besarlo.

─Hice una travesura ─confesó de forma juguetona─. Es la primera vez que bebo, siento que me hormiguea el cuerpo, mi rostro arde y mi corazón late muy rápido... ─Se tocó las mejillas mientras hablaba─. ¡Creo que tengo fiebre!

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now