Laced | Zayn Malik (Español)

Capítulo 27 (Noches de Insonmio)

Harry:

Una semana paso desde la noche que le revele mis planes de escape a Abby. Después de eso no hablamos. La veía en las comidas, en los corredores, pero ella no se acerco ni una vez para conversar conmigo.

Al principio tenía miedo de que me haya delatado con el Amo Zayn, sin embargo cuando no lo hizo, me percaté de que ella guardaba mi secreto. Así como yo guardaba el suyo.

A pesar de que no conversamos acerca de eso, era como un acuerdo mudo; ella no decía una palabra sobre mis planes de escape, siempre y cuando no mencionara a su hermano. Es un trato justo, supongo.

Pero maldición, la echaba de menos. Extrañaba sus bromas cursis, sus risas, sus burlas. Extrañaba sostenerla entre mis brazos y reír con ella. Todo lo que deseaba es que ella le diera una oportunidad a mi plan, arriesgarse una vez. Sólo que ella estaba siendo excesivamente terca y si en realidad quería encontrar a su hermano, escaparía conmigo. No obstante tal vez había algo que la mantenía aquí. Tal vez había una razón por la que quería permanecer aquí.

Claro, el Amo Zayn nos mantenía extremadamente cómodos. Éramos tratados gentil y justamente, siempre y cuando siguiéramos sus órdenes. Teníamos comida para consumir y enormes espacios para quedarnos y dormir, y nuestros baños privados. Imagino que puedes compararlo con hospedarse en un hotel gratuito ¿cierto?

Pero aún. Aún había esclavitud. Aún le pertenecíamos a alguien más y teníamos que atenernos a sus reglas. Y si no lo hacíamos, enfrentaríamos las consecuencias. Tal como yo resistí la mía.

Mientras me colocaba mis calcetines y mis zapatillas deportivas, mis pensamientos se centraron en los desteñidos cardenales y cicatrices en mi espalda. Cuando las vi en el espejo esta mañana, estaban con un color verde amarillento. Alce mis cejas con disgusto, no obstante sabía que desaparecerían en algunas semanas.

Sujete la diminuta y esponjosa toalla blanca y la coloque sobre mi hombro, cerrando la puerta detrás de mi entretanto me dirigía al gimnasio.

Una cosa que siempre sabía, cuando mi mente no podía apagarse por la noche porque estaba muy ocupada pensando, una exigente sesión de ejercicios siempre me ayudaba a facilitarlo.

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Empuje la puerta del gimnasio, abriéndola, parpadeando cuando note que las luces estaban encendidas, eso significaba que estaba ocupado. Mis ojos divisaron una diminuta figura al final del gimnasio, atacando furiosamente el saco de box.

Su cabello rubio platinado estaba atado en una coleta, pocos mechones de cabello enmarcaban su enrojecido rostro. Sus manos con guantes golpeaban repetidamente el saco y me di cuenta de que estaba usando sus audífonos.

Perrie evidentemente no sintió que entré, así que carraspeé extrañamente, colocando la toalla y la botella de agua sobre el piso junto a la cinta de correr.

Aún no me escuchaba. Pensé en ir hacia adelante y correr ¿a quién le importa si ella no me ve? Ella me vería tarde o temprano.

Pero de nuevo, no quería que pensara, no quería que pensara que estaba sola en la habitación cuando claramente no era así. Toda su concentración estaba en el saco de golpear y su entrecejo estaba arrugado con una feroz determinación. Camine detrás de ella y le toque el hombro.

De repente, su brazo vino volando hacia mí. Lo esquivé, cerrando mi mano sobre su muñeca justo a tiempo antes de que pudiera golpear mi cara.

Sus ojos se abrieron perplejos en sorpresa y jadeo—. ¿Harry?

Lentamente baje su brazo y después de notar lo cerca que estábamos, ella retrocedió—. ¿Qué estás haciendo aquí? —Cuestiono, llevando su brazo hacia su cara y secando algo.