Laced | Zayn Malik (Español)

Capítulo 21 (Para Cada Acción hay una Justa e Igual Consecuencia) Parte 2

Este es el capítulo verdadero c: 

Harry:

Mantuve la mirada baja mientras Niall me guiaba dentro de las celdas de captura.

La habitación estaba levemente iluminada y el aire era mojado y húmedo. Tirité, mi estómago se retorció de miedo.

Cuando entré a la celda de captura, Niall cerró la puerta con barrotes, colocándole el seguro—. Lo siento Harry. Ordenes del Amo. —Me miró con lástima.

Asentí—. Descuida.

—Estará aquí en un rato. —Y con eso Niall se fue.

Con cada minuto que pasaba, empezaba a llenarme de pánico.

Me agaché y me senté en el piso, mirando los alrededores. Estuve aquí varias veces antes, cada visita era más desagradable que la anterior.

La única luz era la que provenía de una vieja lámpara al final del pasillo del calabozo, varios metros lejos.

Me estremecí de nuevo, los vellos se me erizaban.

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Abrió la puerta, entrando dentro de la mediana celda. Mi cabeza se levantó hacia él, suplicando por piedad.

De cualquier manera, casi como la tercera ley de Newton, el Amo Zayn era un estricto creyente de que cada acción tiene una igual y justificada consecuencia.

Y esto iba a tomar tiempo.

—Zapatos fuera y camisa fuera Styles —exigió, su voz irradiaba autoridad y poder.

Obedecí inmediatamente, sacándome los zapatos y quitándome el camisón de enfermero que vestía por encima de mi cabeza. Hubiera protestado, simplemente para tener una mayor cantidad de castigo y esa era la última cosa que necesitaba.

Una larga cadena colgaba del techo, con esposas al final de ella.

—Levanta los brazos. Conoces el procedimiento —gruñó.

Levanté rápidamente mis brazos y cerró súbitamente las esposas alrededor de mis muñecas, manteniéndolas por encima de mi cabeza.

Las esposas estaban los suficientemente altas para casi no dejarme moverme mientras estaban sujetas sobre mí cabeza. Podía sentir mi sangre dejar de circular en ellas y ahí estaba ese obtuso dolor, así que me pare de puntillas para dejar que mis brazos se movieran un poco.

—Podrías haber evitado todo esto, sabes. Es tú culpa Styles.

Bajé la cabeza, mirando el piso—. Lo sé Amo.

—Bien. Ahora ¿cuántos azotes crees que te mereces? ¿Treinta?

Mis ojos se abrieron perplejos, sorprendido—. ¿Treinta? —Mi voz salió ronca, mi garganta se secó. Nunca había llegado más allá de quince.

—¿Te gustaría que fueran treinta y cinco? ¿Tal vez cuarenta?

Inmediatamente negué con la cabeza—. No Amo. Me encantaría que fueran treinta. —Mi boca se secó completamente y me tensé. No podía ver al Amo o sus expresiones mientras estuviera de pie detrás de mí, yo encaraba el muro.

—Encantado de que podemos estar de acuerdo en algo Sr. Styles —se mofó—. Vas a contarlos conmigo. Si no cuentas uno, empezaremos de nuevo ¿entendido?

Asentí—. Sí Amo. —Me tensé anticipadamente y sentí terror auténtico mientras esperaba por el golpe.

Oí el látigo cortar el aire antes de que hiciera contacto con mi espalda y mordí mi labio inferior fuerte para evitar llorar—. ¡Uno! —grité.