Laced | Zayn Malik (Español)

Capítulo 72 (Pánico)

Abby:

Es en un momento como este que no tenemos más control de nuestros pensamientos, o en realidad nada más. Todo se vuelve instintivo, basado en los instintos antiguos, primitivos que hundimos profundamente debajo de capas y capas de civilización y la escasez de amenazas físicas.

Sin pensamientos, sólo movimientos.

Es la única manera del cerebro para ayudarnos a sobrevivir.

Escuchó un jadeo al mismo tiempo que mi boca se abre, es mío.

Y después estoy corriendo hacia la puerta.

No hay tiempo para pensar, sólo tiempo para moverse.

Mis piernas corren hacia y alrededor de Harry, haciendo que la puerta se abra antes de que pueda bloquearla por completo.

Escucho a los hombres moverse detrás de mí, rodeándome, pero toda mi concentración estaba en la perilla de la puerta y llegar a abrirla.

Justamente cuando mi mano se encuentra con el frío metal de latón de la perilla, Harry habla, su voz es peligrosa.

—Alto.

Ignorándolo, giro la perilla de la puerta lo más rápido que puedo, hasta que escucho el familiar clic de una bala siendo colocada en el cañón.

Mi corazón golpea mi pecho y me volteo, mis ojos se abren de miedo.

Una pequeña pistola era apuntada directamente a mí frente, las manos de Harry la sostenían.

Puedo sentir a mi corazón latir con fuerza y puedo sentir la sangre circular en mis oídos. El único sonido en la habitación era mi pesada respiración. Inhalando, exhalando, la pistola era apuntada a mi cabeza.

—No lo harás, —chillo finalmente, apartándome de la pistola y dirigiéndome hacia la puerta de madera.

La esquina de los labios de Harry se curva hacia arriba en una sonrisa de satisfacción—, pero lo haría.

Atrápalos cuando menos lo esperen. Directamente a la nariz y después a la entrepierna, dice una voz en mi cabeza. La voz de Louis, de mi entrenamiento en el gimnasio.

Y eso es exactamente lo que hago cuando mi puño se eleva y choca con la nariz de Harry potentemente.

No le doy un instante de recuperarse cuando levanto mi rodilla, embistiéndola con su paquete con tanta fuerza que puedo emplear.

— ¡Puto infierno! —Harry chilla de dolor, agachándose. La pistola cae de sus manos y me inclino hacia abajo, buscándola, antes de abrir la puerta y correr a toda velocidad—. Vayan por ella ¡bastardos de mierda!

Oh Dios, oh Dios, oh Dios mierda mierda mierda, mi mente decía veloz mientras escaba con prisa. Arriesgándome a mirar atrás, me percato de que los tres hombres están mucho más cerca de mí de lo que pensé originalmente.

Dispara con la pistola dispara con la pistola ¡mierda dispara!

—¡Ayuda! —Grito—. ¡Alguien!

Me volteo, sosteniendo el arma levantada mientras continuo corriendo a lo largo de la diminuta tienda.

De nuevo, chillo—. ¡Ayuda! ¡Alguien!

¿Por qué mierda no está nadie aquí?

El sonido de otra pistola me paraliza de miedo, una bala apenas rozó la coleta en la que até a mi cabello.

—No hay nadie aquí, perra estúpida. Esta es la tienda de Jay. —Harry finalmente se encamina hacia nosotros, su cara esta arrugada en una mueca de dolor. La sangre gotea de su nariz y cae sobre sus labios—. Mira lo que hiciste, —señala su nariz.