Capítulo 1 ♡ ✔

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B O R R A D O R

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«—Recuerda que todos hablan de la libertad, pero cuando ven a alguien libre se espantan»

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Micaela Gardner


Después de terminar todo lo que me pidió mi jefa, me recuesto en la silla que da de lleno a la entrada principal de la empresa M&J. Los carros pasan a una velocidad sorprendente y apenas puedo visualizar a algunas personas caminando cerca de la entrada, pendientes en sus propios asuntos y problemas.

Me sorprendo cuando veo de nuevo a mi jefa llegar y quedarse quieta durante un rato, sin dejar de mirarme con una suspicacia diferente a la que usa usualmente conmigo, de pronto siento el pánico llegar a mi pecho, ¿van  a despedirme? Intento decir cualquier cosa, para acabar con este silencio tan fúnebre, pero las palabras no se atreven a salir.

—¿Pasa algo? —consigo decir en un hilillo de voz.

Ella expande su pecho, recibiendo todo el oxígeno posible, y después lo suelta todo de un tiro.

—El CEO de la empresa me pidió que te preguntara si querías… este, ser su secretaria. —Soltó, siendo lo más formal posible.

Sus palabras casi me dejan sin aire.

—¿Es algún tipo de…?

Ella asiente y me interrumpe antes de que pueda terminar la oración.

—¿Ascenso? ¿Eso querías decir? Pues sí, es un tipo de ascenso. Un ascenso muy bueno y oportuno.

Yergo mi espalda hasta el punto de dejarla más recta que una concursante del Miss Universo y sopeso las palabras de mi superior. ¿El presidente, el dueño de todo esto, el CEO, el que se encarga de pagarme, el que tiene más poder que todos aquí, me está pidiendo que sea su secretaria? ¿Qué bueno hice yo en la vida para que me ocurriera esto?

—No entiendo —admití, bruta.

Mi jefa se encoje de hombros.

—No es por ofender, pero yo tampoco entiendo —aseguró, asintiendo con tanta consternación que el miedo no se iba de mis venas—. Pero bueno, algo magnifico tuviste que hacer para que él se fijara en ti.

Apreté la mandíbula en cuanto me doy cuenta de las palabras ocultas que utilizó. Aguanto la respiración hasta que ya no está en mi vista y comienzo a refunfuñar palabras no aptas para menores hacia su persona. ¿De verdad ella cree que me le insinué a mi presidente, cuando ni siquiera lo conozco en persona? La furia cegadora me aturde un poco y me tengo que sostener de la barra para no terminar de desmayarme.

Las cosas que me generen estrés son muy peligrosas para mi salud.

Erika, mi amiga desde que tengo de nuevo de memoria, llega corriendo. Ningún pelo de su lacio cabello negro se salió de su mechón, ella siendo tan perfecta como de costumbre.

—¿Estás feliz por el ascenso?— preguntó, poniendo su bolso en la superficie de la barra y sacando un espejo pequeño—. Quiero que me digas la verdad porque te conozco, Micaela. Sé que tienes en este momento toda una confusión por lo que te acaba de decir la vieja cabrona esa.

Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant