Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]

Capítulo 32 ♡

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«―Los secretos tienen un precio, no son gratis.»

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Micaela Gardner

Fresa…

Es el olor que inunda casi toda la habitación. No le encuentro sentido a ese aroma tan fresco, que inmediatamente me puso un cosquilleo en mi estómago. No podía abrir los ojos, o no quería que era muy diferente. Pero el olor en si me despertó casi de sopetón. Me removí. Resoplé. Intenté con todas mis fuerzas poder abrir los ojos y cuando me volteé para tocar a un cuerpo a mi lado, me encontré con el lugar vacío.

Ahora sí que me desperté. Me levanté de un salto, y, con los ojos un poco cerrados y la vista borrosa, empecé a palpar la parte de la cama donde se suponía que debería de estar Josh. Si mal no recuerdo, ayer nos fuimos a dormir y el me abrazó hasta quedarme dormida, pero estaba casi segura que él se había quedado aquí. Por alguna razón su ausencia me inquietaba y lo quería cerca para poder abrazarlo y besarlo hasta que mi suministro empalagoso quedara satisfecho y orgulloso de mí.

Aunque tampoco me di cuenta, por estar completamente ensimismada buscando a mi jefe, que estaban algunas personas frente a mí. Las podía ver, por mi visión periférica, podía observar los cuerpo de esas personas y el olor a fresas incrementarse a tal punto de ponerme la boca llena de saliva. Mi estómago se retorció de placer, y quería buscar el origen de tan exquisito olor igual que Tom (de Tom & Jerry).

Sin embargo, todavía no comprendía nada. Si veía los globos a los lados de la cama. Las sabanas estaban rodeadas por pétalos de rosas rosadas y tulipanes. Había más globos a lo largo de la habitación. En la ventana, donde entraba un poquito de claridad, se encontraba un poster con una foto de mi propiedad y la recordé de esas que me tomaba Dean cuando me pillaba desprevenida, además de tener unas grandes letras llamativas que decían: "FELIZ CUMPLEAÑOS, SECRETARIA".

En ese momento abrí los ojos por completo. Erika estaba sonriente mientras sostenía una torta, Enrique se mantenía en una esquina igual de sonriente. Mi hermano y Sue los divisé en otra esquina con unos objetos todos raros en sus manos. Y allí estaba él, vistiendo solo la pijama que se había puesto la noche anterior, aunque esta vez tenía una franela blanca que seguía mostrando piel.

Y luego pasa:

―¡Feliz cumple, maldita sucia! ―vociferó Erika.

Después de eso todo fue caos.

Bruce y Sue se acercaron rápidamente y jalaron una cuerda de lo que tenían en la mano, lo que causó que esos objetos produjeran un sonido algo chillón para mi gusto y empezara a salir un montón de confeti y papelillos de todos los colores cortados de una manera para nada uniforme. Erika corrió a mi lado y, con el dedo índice, tomó una buena porción de la crema de fresas que fue lo que me despertó, y me lo restregó en la cara. Todavía estando aturdida por todo lo que está pasando, no le presté atención a eso, pero si cuando Josh se acercó a mí y plantó un sonoro beso en mis labios asi y con todo mi aliento mañanero.

Escuché aplausos y todo eso, pero tampoco era que iba a interrumpir este beso y ver quien era la persona eufórica que aplaudía como toda una loca. En cierto momento, hasta percibí los golpeteos   de alguien dando saltitos igual que una niña a la que no se le puede parar para dejar de hacer desastre.

Fue Josh quien interrumpió el beso, y cuando se acercó a mi oído pude ver a Erika lanzarme la mirada de: "Ujum, esto no me lo esperaba. Menos de ti" que hizo ruborizarme al instante. Quería apartar a Josh de un solo empujón para evitar sentirme más ansiosa, sobre todo porque la mirada de Sue daba mucho de qué hablar, y no solo la de ella, sino la de todos en general. Pero no lo pude hacer, ni siquiera un amago porque me susurró al oído y me derritió por completo: