Capítulo 22 ♡

151 10 0
                                    

♡♡♡

«―Y por lo visto no le gusta que le mientan»

♡♡♡

Josh Kozlow

Estoy sorprendido.

Hablando enserio, nunca me imaginé que mi madre me preparara el almuerzo, y, además, lo mandaran con la rubia para la empresa. Noqueó mis expectativas, pero sé que hay algo oculto en esto, ella no hace algo asi porque sí.

Miro con ojos entornado a la rubia sentada frente a mí, mantiene su cabeza baja y juguetea con los dedos en su regazo. La pongo nerviosa, desde siempre lo he sabido, y eso no me hace sentir nada. Más bien quiero reírme en su cara y decirle que deje de ser tan estúpida e infantil.

Hay veces en la que me comporto como una mierda.

Como este momento en la que no dejo de mirarla con intensidad, quiero verla irse rápidamente y temblando. Además, pretendo sacarle toda la información necesaria para saber por qué mi madre me mandó comida.

―¿Algo más?―pregunté finalmente.

Se sobresaltó de sobremanera y alzó la mirada lentamente. Parece un cachorro perdido con miedo a todo. Sus ojos cristalizados y la vacilación en su rostro me incitan para jugar un rato con ella. Hacerla sufrir para divertirme

Necesito a Micaela para dejar de ser tan malo. Ella es la única que puede hacer lo que quiera conmigo, utilizarme si asi lo desea. Definitivamente me tiene a su merced de una manera inhumana. Es la única capaz de herirme, aun asi seguiré como un perro faldero detrás de ella.

Estoy jodido por esa mujer.

―Su madre me pidió que le dijera sobre si podía ir a cenar con ella―informa―. Hoy mismo.

Levanto una ceja por acto de reflejo. La confusión detonándose por todo mi rostro. Mi madre y yo nunca hemos salido a cenar juntos, pequeño sí, pero después de lo que ocurrió no hemos distanciado.

―¿Sabes para qué?―Musito.

Niega.

―No.

Suelto un suspiro final y aflojo mi corbata. Ya se me viene algo a la mente sobre que me invitó. Desde que solté unas palabras de más en la casa no ha parado de llamarme y exigirme respuestas. Quiero decirle todo, que habrá de una vez por toda los ojos y deje de ser una maldita sumisa delante de mi padre.

Me levanto de la silla y miro por los vidrios hacia afuera. Los carros pasan a una velocidad lenta por la pequeña lluvia, y el cielo pigmenta mi oficina en un color neutro y frio. Desde siempre me ha gustado mirar los edificios y ver cómo serían los futuros. Imaginarme ser parte de una construcción con mis cosas me llena de tanta felicidad.

―¿Has sabido algo de Sue?―comento mirando todavía.

―No, señor.

Me volteo y meto mis manos en los bolsillos.

―¿Sabe cuándo viene?

Ella se levanta y acomoda su camisa. Sus manos tiemblan al recorrer su figura diminuta. Esta tensa, todos sus gestos y movimientos son contenidos, con miedo. Ya me acostumbré a ese tipo de reacciones cuando me ven. Como si fuera un jodido rey.

―Tengo entendido que en tres días―dice, saliendo de la silla―. Me retiro.

Miro por mi hombro el clima y hago una mueca. Pretendía hacerla sufrir un poco pero no voy a dejar que se vaya lloviendo y menos por cualquier medio.

Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora