Capítulo 38 ♡

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«―¿Cómo hago cuando quiero estar a tu lado?»

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Micaela Gardner

―Intuí que ibas a quedarte.

―No podía.

―¿Qué pasó?

―Nada.

―Micaela, ¿Qué pasó?

―Realmente no ha pasado nada, Josh ―insistí ante su tono―. Solo que necesito estar a solas.

―Nadie, en estos momentos, quiere estar solo ―afirmó severo―. Yo también salgo afectado, ¿lo sabes?, ¿verdad?, ¿no?

Aprieto el teléfono fuertemente contra la oreja, ignorando la punzada en mi pecho de decirle que venga a buscarme y pasar lo que queda de mi vida junto a él. Pero, lamentablemente, no podía hacer eso. Por muchas razones, que se perfectamente que puede entenderlas, pero Josh es muy orgulloso e insistente que no va a cortar la llamada si no le digo que me venga a buscar. Tengo unas terribles ganas de estar a su lado, lo admito. Estoy en un dilema.

Ahora el problema era que si estaba tan confiada y segura de mi misma como para colgar y no darle explicaciones hasta mañana. Cuando hablo o estoy cerca de Josh, soy una persona que no raciona, una mujer cuya función de estar cuerda sufre un cortocircuito y se comporta peor que el cerebro de un gato.

―Lo sé ―contesté, alargando la frase más de lo debido―. Pero necesito estar sola, Josh, solo hoy. Ningún otro dia más. Quiero pensar, reflexionar, descansar de todo esto y poder estar mañana rejuvenecida.

―¿Sabes? ―musitó enseguida, como si estuviera esperando que soltara esas palabras―. Cuando una persona dice: "quiero estar solo" es porque quiere que no lo escuchen y vengan a su encuentro, que lo acompañen y le alegren el dia. Y ¿sabes también? Que voy a ir, voy a ir a tu casa, a presentarme con tus padres y quedarme el resto de la noche junto a ti.

Siento mi corazón hundirse y como me picaron las comisuras de los labios en querer sonreír como una tonta. Mantengo mi expresión impasible, aunque cuesta, y mucho. Porque ya no es tan fácil comportarse como una mujer normal cuando él dice esas cosas que la derriten a una completita. No es justo que utilice sus métodos de seducción en este instante cuando quiero quedarme en mi casa; con mi familia y en mi cama.

―No es necesario ―mullí, entrecortadamente―. Quédate en tu casa. Mañana, después de que vengas de la empresa, me pasas buscando y hacemos lo que queráis. Pero hoy no quiero verte; y no te lo tomes a mal, solo quiero alejarme por unas horas de la polémica.

―¿Cómo hago? ―preguntó en tono lúgubre, aunque también divertido―. ¿Cómo hago cuando quiero estar a tu lado?

―Por hoy no puedes ―me limité a responder.

Escuché el suspiro que soltó al otro lado de la línea y terminé de desplomar mi cuerpo en la cama. El edredón que me cubría, abrigó más mi cuerpo y quedé calentita bajo el incontable número de telas. Fuera, donde llovía fuertísimo, el cielo se iluminó con un relámpago y percibí las gotas (ahora más gruesas y con mayor impacto) arremetía contra la ventana.

Hago una mueca.

―Además ―añadí, desesperada para que entendiera de una vez―. Está lloviendo demasiado. No puedes venir así, pones tu vida en peligro y la mía también.

―¿La tuya también? ―Inquirió, puedo jurar que sonríe como sabe hacerlo.

Había olvidado lo mega insistente que podía ser Josh. Pero aun así no di brazo a torcer: de verdad quiero estar sola, ya es demasiado con tener a mi hermano haciéndome compañía, como para tener al hombre que me vuelve loca. No podía soportar eso. Estoy segurísima de aquello y ya no puedo revertirlo.

Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]Where stories live. Discover now