Capítulo 23 ♡

147 63 0
                                    

♡♡♡

«―Necesito tus labios para poder quitar este amargo sentimiento de soledad»

♡♡♡

Sorbí mi nariz un poco, notando lo fría y tiesa que está. Mantuve mi mirada en el ordenador reteniendo mis lágrimas. El frio seguía haciendo de las suyas, azotando con fuerza las calles y la ventana frente a mí, que se encontraba empañada y apenas podía ver hacia afuera.

Josh no ha llegado todavía, se está haciendo tarde. O es que de nuevo me levanté muy temprano y me fui antes de que despertaran. No podía verlos a la cara, a ninguno. Tuve que pedirle  a Dean que no dijera nada sobre mi ataque en el restaurant. Hice una promesa conmigo misma de no decirle nada a nadie. Todo eso me lo voy a guardar yo.

Ni María ha venido, definitivamente llegué muy temprano. La empresa está un poco sola, no se escucha ningún ruido. Y eso siempre ocurre, ya sea los de limpieza o cualquier otro ser humano con problemas que no lo dejan dormir como a mí.

La desesperación no me permitió pensar con claridad, todo el shock en ese momento me condujo a quedarme callada, en silencio, dándome entender que también podía mentirles a ellos. Ni siquiera fui capaz de alzar la mirada para ver a Dean cuando me llevaba para la casa, con el dolor de cabeza martillando mi cráneo sin cesar y todas la preguntan que generó ese pequeño lapsus.

Estoy nerviosa y tengo miedo, mucho miedo. Miedo de lo que pueda venir después, de si resistir más una mentira. Aunque ya soy parte de ellas. Las personas que me rodean se les hizo tan fácil mentir que ya puedo hasta fingir creerles.  Hay veces en la que no sé si me dicen la verdad o están utilizando su pasatiempo favorito.

Siento un vuelco en el estómago, debo mantener la calma. Si pierdo el control puedo volver a ir para un hospital, y no me gusta. Pero cuando quiero olvidar de nuevo todo, vivir siempre con una mentira, mi lado masoquista se prende y me hace tirar todo mi autocontrol a la mierda. Y sé que si me empeño en descubrir el lado honesto de todas las mentiritas piadosas que me echan, voy a sufrir.

Se todo eso, y quisiera tener control de mi propio cuerpo.

Simplemente quiero ser feliz sin sufrir. La única forma de ser feliz es dejar todo esta obsesión y quedarme con todo lo que me han dicho sobre mi vida pasada, conformarme con ello. Pero es difícil.

Esto es mayor.

Más grande.

No tiene piedad.

Es difícil de controlar.

―Micaela ―esa voz pronuncia mi nombre, levanto la mirada de inmediato― ¿estás bien?

No…

Su traje se amolda perfectamente a su cuerpo, no trae corbata y se ve muy sexi. Además, tampoco viene peinado, su hermoso cabello negro está salvajemente despeinado dándole un aire de chico malo. Soy muy afortunada por besar esos labios.

Asentí y le intenté sonreír, más bien me salió una mueca fría y temblorosa. Él entornó los ojos mirando mi cara, buscando algún indicio de algo importante. Me quedé quieta mirándolo directamente a los ojos reteniendo el nudo fastidioso en mi garganta.

―Ven a la oficina ―Musita lentamente, ceñudo y confundido.

Asiento de nuevo y rodeo mi pequeño escritorio, puedo ver su espalda tensarse en el traje con cada subida de su pecho. No quiero mostrarme débil ante él, nunca me ha visto llorando. Solo quiero disfrutar un poco de su compañía que apacigua mi corazón y todos mis miedos. No sé qué poder tiene Josh para tranquilizarme de esa forma.

Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]Where stories live. Discover now