Capítulo 18 ♡

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«―Hay personas buenas y malas, siempre. Ninguno es mejor que otro. Todos somos iguales, todos practicamos la maldad y humildad»

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Micaela Gardner

―Creo que ya es hora que te despiertes―susurró una voz.

Me removí incomoda todavía con los ojos cerrados.

―Vamos, Mica―insistió.

Poco a poco fui abriendo los ojos. El dolor de cabeza había disminuido y ahora quedaba un pequeño ardor en mis oídos. Cualquier cosa que hagan o digan es como si pusieran mi oreja en una corneta a todo volumen.

―Tienes que comer, estas demasiado delgada―susurró de nuevo, esta vez en mi oído―. Vamos, vamos―animó.

La luz fluorescente de la habitación me obligó a cerrar de nuevo los ojos. Una imponente figura borrosa estaba a mi lado, sacudiendo levemente mis hombros mientras habla. Estoy desorientada, no puedo pensar con claridad. El calmante hizo muy bien su efecto y me dejó un poco grogui y confundida.

―Estoy conteniéndome, Micaela. Ya despierta…

Esa voz… esa voz yo la conozco. Es muy conocida y tengo mucho rato que no la oigo. Cuando abrí por completo los ojos me encontré con un cabello castaño claro, una gran sonrisa de oreja a oreja y dientes blancos relucientes. Ojos marrones tirando a amarillo…

Va vestido con ropa de profesional y una cámara moderna colgando en su cuello. Fruncí el ceño al darme cuenta de su look, el nunca, nunca se viste asi si no es para nada importante. Él es de ropa informal como yo.

―¿Dean?―pregunté con la voz entrecortada.

Sonrió de nuevo y acarició mi cabello como una niña pequeña.

―Sí, soy yo, pequeña―dijo, guiñándome un ojo.

Me incorporé como pude y lo miré con ojos llorosos.  No sé si se debe a mi reciente despertada o lo feliz que me encuentro por tenerlo aquí. Los últimos días no hemos hablado nada, claro, excluyendo el hecho de estar una semana en coma. Pero antes de eso, cuando se puso histérico, no hemos hablado más.

―Viniste…―Musité soltando un suspiro.

Mierda, la cabeza me da vueltas.

Apretó mi mano con la suya al igual que asentía.

―Claro que si pequeña― dijo, luego se levanta y rueda un carrito con comida en ella―. Debes comer, el doctor me dio un permiso para darte algo de alimento.

Quería hablar pero una punzada urgente en mi vientre llama mi atención. Tengo mi vejiga repleta, tengo que obligatoriamente ir al baño para saciar mis necesidades no hechas en una semana. Es horrible Dios.

Dean hundió el cejo acercándose.

―¿Qué te pasa?

―Necesito ir al baño―susurré.

Alzó las dos cejas espesas y me mira boquiabierto. Después rió de último. Bufé molesta mientras me quitaba la aguja con la intravenosa. Dolió como la mierda, pero pude soportarlo. Dándome cuenta, tengo otra bata, la anterior era más oscura y no mostraba tanta piel. Esta es muy corta y clara.

Dean balbuceó palabras arrastradas mientras miraba a todas partes como si estuviera recordando algo.

―Este…―levantó la mirada y me miró con ojos divertidos―. Tienes un catéter.

Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]Where stories live. Discover now