Especial ♡

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<<<<<Es doble actualización, así que devuelvete para el otro capítulo, muaksss <<<<<

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«―Puedes tenerla, solo si me ayudas. ¿Vas a dejar que él se salga con la suya?»

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Rebecca Lincoln

Me bajé del taxi procurando no estropear mi cabello. Hubiera venido en mi carro pero las ganas de pasar desapercibida fueron mayores.  El tema que tenía que hablar con ese sujeto era tan importante que no había que generar sospecha.

Le pagué al estúpido conductor y esperé a que se fuera para poder entrar al restaurante. Uno cuyo apenas era conocido y algunas personas pueblerinas iban para comer. No era mi estilo, obvio. Lo mío era algo mucho mejor. Todo, a donde quiera que vaya, tenía que rebasar los límites de la riqueza para poder sentirme en un ambiente adecuado.

Yo soy una princesa y las princesas se merecen lo mejor.

Sonreí al verlo, allí sentando en la mesa que le había dicho. Sabía que no iba a desaprovechar un momento para hablar conmigo  y menos si se trataba de la inepta de Micaela. Enserio, no sé qué le ven a ella cuando estaba yo para satisfacer todos sus deseos. Digamos que él fue muy bueno cuando estábamos en la preparatoria…

―Pensé que no ibas a venir ―comenté apenas me senté frente a él―. Ya me veía sentada mirando la puerta con ese café rancio a esperarte.

―Siempre me ha gustado ser puntual ―se encogió de hombros y bajó la mirada―. ¿Qué quieres?

Iba a responder que dejara de ser asi, cuando llegó un mesero. Tenía ganas de mandarlo a la mierda y humillarlo pero, aunque me hubiera gustado hacer lo anterior, saqué ese lado humano que se encuentra muy en el fondo de mi cuerpo y le pedí un vaso de agua. El hombre frente a mí también pidió lo mismo y cuando estuvimos solos puse hablar.

―Tu sabes lo que quiero ―solté como si fuera obvio―. Pero hay alguien que está interponiéndose en mis planes.

Él exhaló con pesimismo y recostó su cuerpo en la silla. Levanté mis labios en una sonrisa mientras lo veía meditar sobre cosas que me interesaron saber. Él sabe. Todos saben quién es esa mujer que esta con mi hombre y tengo una leve sospecha de saber quién es. Si es asi, su vida va hacer la peor de todas por meterse donde no debía.

―No se…

―¡Si sabes! ―susurré con fuerza y me acerqué―. Es Micaela, ¿verdad?

Negó, aunque su movimiento fue perdiendo fuerza y bajó de nuevo la mirada hasta sus piernas.

Esa era mi respuesta.

―No es necesario que me contestes ―digo, chasqueando mi lengua―. Era lógico.

En ese momento me encaró, y me sorprendió ver la aflicción en sus ojos. De por sí que tuviera el vaso con agua se lo hubiera tirado por ser tan patético. No entendía porque todos la intentaban proteger cuando sabían que ella estaba en peligro. Nadie se mete en mis asuntos y mucho menos revierte las cosas, quien lo hace, lo paga. Y Micaela no será la excepción.

―No le vas a hacer daño ―advirtió lentamente.

Levanté una ceja.

―¿Y por qué no? ―Inquirí.

―Porque eres una jodida loca ―contestó sin pelos en la lengua.

El mesero llegó con los vasos de agua y tomé un trago después de lavar los bordes. Uno no sabe. Con este lugar tan desastroso las bacterias se contagian rápidamente, yo ya estoy haciendo mucho estando sentada aquí.

Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]Where stories live. Discover now