Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]

Capítulo 16 ♡

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«Mi mente viajaba en ese entonces, enviando imágenes que pudieron ser de mi vida pasada, pero mientras más intentaba más estresante se hacía, y lamentablemente cuando me estreso algo colapsa en mi interior»

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No se me olvida nada de lo que pasó después de despertar:

Una sensación amarga.

Un sentimiento de soledad.

La confusión del momento.

La incertidumbre del; ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué hago aquí? ¿Cómo ocurrió todo? ¿Quién soy? ¿Quiénes son ustedes? Mi vida en ese momento se basó, prácticamente, en preguntas: ¿Cómo? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Quién? ¿Quiénes?

Y luego de eso la obsesión tras intentar una y otra vez recordar algo, algo de lo que pudo haberme pasado antes del accidente. Algún amago de pistas, recuerdos, sueños,  preguntas, vivencias. Todas sin contestar. Ninguna con respuestas. Todas quedaron por voluntad propia en el olvido. Me mentalicé en confiar en ellos, no tenía  a nadie. Ni siquiera sabía mi nombre.

¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué me ocultaron tantas cosas?

Siempre tendré por el resto de mi vida la sensación de vacío que había en mi estómago cuando desperté del coma que me mantenía dormida por más de un año. La sequedad de mi garganta, la piquiña en las puntas de mis pies, lo somnolienta que me encontraba, el dolor de cabeza palpitante, el zumbido y bombardeo de mi sangre en los oídos. Los pitillos alterados de los monitores constantes, la fría habitación, las paredes blancas. Las personas desconocidas con batas blancas que sostenían carpetas. Todas esas cosas fueron testigos de cómo me sentí cuando miré―después de mucho tiempo―, unas luces fluorescentes.

¿Qué…?

No podía ni pronunciar alguna palabra, cuando intenté hablar en ese momento me salió balbuceos y gruñidos. Cuando me levanté me dolía hasta los ancestros, fue como si retorcieran todos los músculos de mi cuerpo. Claro, en ese momento no sabía ni como se llamaba el vello que se encontraba en los nudillos de mis manos.

Las personas que en ese momento veía no eran más que sombras borrosas. Machones negros y espeluznantes que querían llevarme para ser torturada por alienígenas. Créeme, lo pensé, me asustó y recuerdo claramente haber tenido un ataque.

Pensando ahorita mejor, al parecer recordaba a los alienígenas. Además de preguntas que emitiría cualquier persona confundida. Cualquier persona que se encontraba en la misma situación que yo.

¿Lo peor? Eso vino cuando volví a despertarme.

Ahora había más gente, para ser exactos, dos personitas. Una cuyo "ser" era mujer, y el otro como hombre.

Aprendí eso más adelante.

También a la mujer que según me dijeron en ese instante ser  una doctora. La cual se encargaba de mi proceso de salud mental. Después me presentaron a otro, quien era―sí, murió hace unos meses― como el encargado de ser el que me ayudaría a poder fortalecer mis músculos por estar trece meses dormida. Fue un impacto saber eso, también lo reconocía. Sabía  lo que significaba y lo primero que pasó por mi mente fue:

¿Cómo quedé en coma?

La doctora rubia y chaparrita, un poco regordeta pero muy bonita, se acercó a mí. Con una mueca que, días después, entendí que era una sonrisa. En ese tiempo estaba un poco grogui y mi cuerpo se balanceaba sin yo tener control sobre él. El dolor era agonizante, pero sobrellevable.