Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]

Capítulo 15 ♡

♡♡♡

«― ¿Entiendes? No, no entiendes, ¿verdad? ¿Entonces por qué te empeñas en comprender algo que no tiene ni la más lógica?»

♡♡♡

Josh Kozlow

Eliza decide responder:

―No, Mica, no pasa nada.

Micaela frunce el entrecejo y nos mira intercaladamente. Miro mi desayuno por la mitad e intento regular mi respiración, si ella se entera o escucha algo de Becca será lo peor que puede haber en ese momento. O peor aún, si Becca se entera de Micaela no me lo perdono nunca.

¿Qué coño hago?

Mica, confundida y mirándonos expectativa, se sienta a mi lado. Trato de sonreír para tranquilizarla, pero me sale una mueca. Los nervios comiéndome a mil. Mi corazón latiendo desbocado en mi pecho, mis manos sudorosas y mi respiración sacudiéndome.

―Bueno, ¿Por qué nombraste mi nombre?―añadió en un susurro.

Eliza se seca la frente con el dorso de la mano y sonríe apagando cualquier rastro de horror en sus ojos.

―Le iba a preguntar a Josh tu desayuno favorito―miente estupendamente―, estoy preparando panqueques, ¿te apuntas?

Asiente.

―Claro, gracias―Musita, luego se gira para mirarme con esos hermosos ojos―, ¿a qué hora nos vamos hoy?

Termino el último bocado y la miro, penetrándola con mi mirada y con todas las ganas de hacerla sufrir. No me gusta admitirlo, de hecho, me hace el ser más capullo e idiota, pero ver como se sonroja y se remueve nerviosa me llena de mucha satisfacción. Saber que todavía le hago el mismo efecto.

―¿Tan malo fue el viaje que no quieres quedarte unos días más?―indago como respuesta.

Suspira derrotada y me lanza una mirada ultra asesina (según yo) ¿todavía no capta que es la mujer más hermosa y tierna del mundo? ¿Le cuesta tanto entender que todas sus expresiones son las más adorables? Si es asi, no me cuesta nada ayudarla a recapacitarla.

―Josh…―su voz detonó advertencia―. Me dijiste tres días, ya estamos a sábado, no me vengas con sorpresas. Las odio.

―¿Qué te cuesta quedarte un dia más?―Intento convencerla.

Niega rápidamente y se acerca más a mi cuerpo. Mis manos arden con querer tocarla.

―Tengo compromisos―Murmura.

Una extraña sensación se instala en mi pecho. Rápidamente la ira hace que mi cara se ponga roja de la rabia. Celos, estoy experimentando celos, y es un puto nudo en el estómago. Pensar que ella está hablando con otro que no sea yo me enferma. Quiero encerrarla en una jodida burbuja y tenerla solo para mí.

Lástima que no se pueda.

―¿Cuáles?―mascullo.

Eliza deja un plato frente a ella y se retira sin decir una palabra. No me pasó desapercibida su mirada recriminatoria y que claramente decía: "No cometas ninguna locura"

―No es de tu incumbencia―recalca―. Solo dime la hora y ya, Josh.

Se está enojando, genial.

―A las tres.

―Josh―habla, nos miramos mutuamente con todo el cuerpo tenso. Relajo mis músculos y sonrió sinceramente―. No te entiendo.

―No tienes por qué hacerlo.