Capítulo 7 ♡

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«—Ya me desperté, pero estoy en modo pereza »

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— ¿Con que cara los voy a mirar? ¡¿Qué voy hacer?!— gruñía una y otra vez mi amiga.

La miro de reojo reprimiendo una sonrisa, el sol está saliendo causando que sus rayos impacten directamente con mi rostro. Estos vidrios pueden estar polarizados, pero igual son de ardientes.

―Eso te pasa por no medir las consecuencias―Murmuro.

Erika conduciendo de esta forma puede resultar muy peligroso y arriesgado. Esta por un momento de estrés pensado en cómo va hacer el dia de hoy, y el de toda la semana. Imaginarme el épico encuentro entre el Sr. Montana y mi amiga me hace sentir la peor persona del mundo, puedo verme a mí riendo a carcajada por la tensión de ellos dos.

Un poco de diversión no le hace mal a nadie.

―No me acuerdo de nada― susurra―. Bueno, un poco: recuerdo yo hablando con el sobre el horario, si, en un bar hablando del trabajo, ya estaba un poco pasado de tragos por eso empezó a preguntarme cosas como “¿tienes novio?” “¿te interesa alguien?” “¿estás bien con tu familia y amigos?” yo, inútilmente, pensaba que era por compromiso y no hacerme sentir tan aburrida con su compañía.

»Yo bebí con el mucho, demasiado diría. Recuerdo nuestras carcajadas por comentarios obscenos que el hacía a mi cuerpo y yo a su cuerpo también. Luego llego su amigo, trabaja en la zona de contabilidad y nos pusimos a charlar, cosas de borrachos.

»Creo que fue el alcohol que nos impulsó hacer eso, porque de un momento a otro me encontraba manoseándolo todo y besándolo con desesperación. El de contabilidad empezó a acariciarse mientras también me acariciaba a mí. Hasta allí me acuerdo, despierto en una cama de un motel con dos perfectos hombres a mi lado, ¡y no son negros!

Bajé a mi regazo el espejito que tenía en mis manos. Erika apretó el acelerador, el impulso nos hizo chocar nuestra espalda contra el asiento.

― ¿Y yo te pregunte algo acaso?

―Sabes que en cualquier momento lo iba hacer―Musita―, lo que más me molesta es no acordarme de nada, ya veo porque tú te desesperas. Te entiendo, amiga. Desde ahora te entiendo.

Bufo fuertemente y me yergo en el asiento, ya me acostumbré  a la velocidad asi que puedo seguir maquillándome. 

Nos despertamos tarde, en mi caso tardísimo, la resaca me puso perezosa y dormí más de la cuenta.  Tanto era el sueño que tenía que deje pasar el sonido de la alarma, si no fuera por mi madre estuviera botando baba todavía, metida en un inconciencia absoluta y rodeada de una inmensa negrura. Claro, si el chico misterioso no decidía hacer acto presencia, como anoche, dormí libre y sin ningún recuerdo.

Te extrañé mucho, ¿ok? Demasiado mi chico de cuerpo extraordinariamente perfecto.

Mi amiga está más presentable que yo y me molesta eso, porque ella cuando se emborracha al dia siguiente esta como nueva, como si no hubiera pasado nada. En cambio yo parezco como si me hubiera masticado una vaca. No es justo.

Igual la vida no es justa.

―¿Puedes bajar un poco la velocidad? Me estoy maquillando los ojos y no puedo.

Amenora un poco el carro y empieza a lamentarse por lo bajo, puedo  ver los edificios carísimos del centro y a las personas corriendo para llegar a su trabajo. Estamos cerca, ya veo la angustia de ella.

Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]Where stories live. Discover now