Nadie Como Tú © [COMPLETA✔]

Capítulo 19 ♡

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«―Lo más importante es la familia»

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Josh Kozlow

Unas horas antes…

El gran estruendo que provocó Erika al cerrar la puerta nos sobresaltó. Micaela se removió un poco y murmuró unas palabras inaudibles para nosotros. Me acerqué inmediatamente hacia ella para comprobar si estaba despierta. Pero no, se encontraba pacífica y durmiendo como toda una ángel.

Sarah quedó en el centro de la habitación sin hacer nada, quieta metida en sus pensamientos, perdida de todo lo que le rodea. El cuarto se puso frio y no me encontraba en mis suficientes casillas para hablar o musitar algo.

Micaela es mi prioridad.

Y es lo que más me importa. Siempre ha sido asi y todo lo que he hecho es para que esté bien, para que se encuentre a salvo de la verdad. Prefiero mil veces someterla a una mentira a que sufra cuando sepa todo lo que ocultamos. Se va a enojar, si, y va estar decepcionada. Pero el pasmo y shock emocional van hacer mayores.

Sarah rompió el silencio:

―¿Es necesario seguirla y detenerla?―Inquirió juntando su mirada con la mía.

Me encogí de hombros restándole importancia. Erika podrá ser impulsiva y muy histérica, pero dudo mucho que cometa alguna locura y menos estando en el hospital donde está su casi hermana.

Voy a esperar unos minutos hasta que decida arrepentirse y dar media vuelta para acá.

―No lo creo―contesté jugando con un mechón de su hermoso cabello.

Con los ojos cerrados y quieta se ve muy indefensa. Como esas criaturas que te impulsan a cubrirlas y salvarlas de la maldad de la gente. Protegerla de cualquier malhechor que pretenda corromper su humildad. Y no lo voy a permitir.

Nunca.

―Conociéndola, es capaz de forma un…―su oración quedó al aire cuando se escucharon los gritos.

Mierda, creo que me equivoqué.

Le doy una última mirada a la mujer acostada en la fea camilla y salgo a grandes zancadas del cuarto. Siento como Sarah sigue mis pasos y no me importa esperar a que ella llegue a mi lado. Quiero llegar rápido al lugar de los gritos y persuadir a Erika.

Va hacer muy difícil.

Varias enfermeras corren por mis lados de los hombros. Algunas hicieron intencionalmente roces seductores en mis muslos o dedos. Lo pasé por alto. Pero es incómodo, ¿ok? Hay personas muriendo y las enfermeras pendientes en mí en vez de prestar atención a las personas que las necesitan.

Me fijé en las personas que miraban un punto en específico. Un poco más allá de la puerta de la sala de espera. Justo en esa parte donde dejé a Becca con la palabra y Sarah la vio hablando con su padre para el patético plan que tiene.

Cuando llego casi me retuerzo de la risa. No estoy a favor de la violencia, ni mucho menos que mis familiares la practiquen. Pero siempre me va a encantar ver como dejan como cucaracha cuando le echan baigon  a Becca. Estoy a favor de que a ella si le hagan lo que les plazca. Se merece eso y mucho más.

Es muy chillona.

Y no me gustan las chillonas de dia.

―¡Te quiero lejos de esta ciudad, lejos!―Erika soltó su agarre en la cabellera de Becca y se alejó unos pasos.