Capítulo 43

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/Narra Estoico/
  Después de liberar a Dagur, él y los Berserkers permanecieron en Berk para arreglar los daños que habían provocado con su guerra. Mientras que él salía y buscaba alguna forma de compensar lo ocurrido y de proteger a su hermana, un hombre robusto con barba larga, dientes desaliñados, mal olor y aspecto esperaba en su celda para ser liberado por sus secuaces, quienes se escabulleron por la isla hasta finalmente llegar a donde estaba cautivo su jefe.

  Alvin esperaba en su celda a su rescate, hasta que aparecieron cinco de sus soldados.

Alvin: Por fin ¿Por qué tardaron tanto?

Soldado 1: Lo lamentamos mucho, jefe, pero hay muchos dragones y Berkianos protegiendo Berk. Fue muy difícil poder cruzar sin que nos detectaran.

Alvin: No me importa sus excusas, solo saquenme de aquí.

  Los soldados caminaron hacia la celda pero antes de poder llegar hacia él, el piso se abrió debajo de ellos y cayeron hacia una pequeña "celda" hecha de tierra y piedras.

  Al principio quedaron atontados y sorprendidos por la trampa en la que cayeron aunque luego buscaron cientos de formas para escapar. Fue completamente inútil.

Hipo: *Bromista* Wow. Tenemos Marginados aplastados. Los prefiero a la plancha.

  Los soldados y Alvin vieron sorprendidos al joven Haddock y notaron que este se burlaba de ellos con una expresión arrogante en su rostro.

Hipo: Ví a dragones morir en lugares peores.

Alvin: *Enojado* ¡Sacanos de de aquí ahora! Decepción de Estoico.

  Esas palabras me dolieron pero también me hicieron enfurecer.

Hipo: Quizás sea su decepción, pero fuiste tú quien cayó en la trampa de la decepción de Berk.

  Los soldados no dijeron nada por temor a que su jefe de enfureciera más.

Alvin: Yo te conocí cuando eras un bebé.

Hipo: Que bien, pero yo no te conozco en lo absoluto.

Alvin: Deberías de conocerme y temerme.

Hipo: ¿Y tú? ¿Me conoces realmente? Siempre voy a cuidar de mi isla, pero jamás dejaré de ser quién soy.

Alvin: *Sarcástico* ¿Y que eres?

  Hipo sacó uno de sus cuchillos y lo lanzó cerca del cuello de su enemigo. El cuchillo solo lo rozo dejándole una ligera marca.

Hipo: Soy un jinete de dragones, y yo protegeré a los dragones y las personas de asesinos como tú. Pero si quieres verlo de otra forma, soy un cazador de cazadores.

  Yo presencié todo desde una de las celdas. Me oculté ahí para sorprender a los ayudantes de Alvin debido a que es un hombre muy astuto y traicionero y siempre tiene una o dos forma de salir de apuros. Cuando ví y escuché todo eso, simplemente salí de la celda para asustar aún más a mi enemigo, aunque yo también estaba sorprendido.

Estoico: *Serio* Ya déjalos, Hipo.

Hipo: Está bien, pero solo quiero mostrarles de lo que soy capaz.

Estoico: Vámonos ya, sin trucos.

Hipo: Ok.

  Una vez que salimos, traté de hablar con él para saber que era lo que le estaba pasando.

Estoico: Jamás te ví así. No sabías que tenías un lado sádico.

Hipo: Y no lo tengo.

Estoico: *Sorprendido* ¿Qué?

Hipo: ¿Sabes cómo ganar una guerra sin necesidad de pelear?

Estoico: No.

Hipo: Hay muchas formas, pero una de ellas es a través del miedo. Si bajas la moral o el valor de un ejército, cuestionaran a su jefe y lo desobedeceran. Y lo más importante, si tienes miedo, no peleas contra aquello que te aterra o sabes que no puedes ganar.

  Cada día conocía un aspecto nuevo de mi hijo, y esto fue lo que más me sorprendió.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia Diferente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora