Capítulo 7

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/Narra el autor/
  Hipo ayudó a los demás a montar en sus dragones y juntos volaron hacia la isla de los dragones. Al llegar, Hipo distrajo lo más que pudo a la reina para que toda la aldea escapara.

  Estoico, al ver la valentía de su hijo y como controlaba al dragón más peligroso, busco una de las pocas catapultas que estaban intactas y lanzó una enorme roca a la mandíbula de la colosal criatura.

  El monstruo no tenía un objetivo fijo por lo que empezó a quemarlo todo.

  Antes de que el fuego lo atrapará, el Furia Nocturna rescató a jefe de Berk mientras que su jinete seguía concentrado en la batalla. Chimuelo soltó a Estoico y antes de que este pudiera hablar, ya había emprendido el vuelo alejandose de donde estaba.

  Hipo tenía en mente una cosa y solo una cosa, proteger lo que más amaba. Les dió la orden a los demás jinetes de retroceder y ayudar a los demás Vikingos. Cuando todos obedecieron sus órdenes, fue a molestar a la Muerte Roja y la obligó a alzar el vuelo. La guío hacia las nubes y allí, junto a Chimuelo, la irritaron lo más posible. Chimuelo le disparó en lugares como detrás del cuello y en la cabeza, pero para despistarla ya que en donde más le disparaba era en las alas. La Muerte Roja comenzó a exhalar fuego por todas partes mientras que los jóvenes esquivaban el infierno. Una de las llamaradas alcanzó la cola del dragón y eso hizo que las cosas aceleraran.

  Los dos muchachos cayeron en picada con el reptil gigantesco atrás suyos. La reina los iba persiguiendo mientras que iban en caída libre. Estaba cada vez más cerca de ellos y ellos estaban cada vez más cerca del suelo. La reina se preparó para dispararles hasta que Chimuelo se dió media vuelta y le lanzó una bola de plasma en el centro de sus fauces. La bestia se incendió desde adentro y con furia persiguió a sus agresores pero estos se elevaron antes de tocar el suelo. La dragona, al ver esto, trató de frenar antes de chocar pero sus alas se quemaron debido a los disparos que había recibido y eso solamente impidió que pudiera salvarse. Al impactar, su cuerpo entero explotó y el fuego de la explosión perseguía a jinete y dragón. Cuando vieron la cola que tenía cierta similitud con una maza de guerra, trataron de esquivarla pero con la aleta artificial estropeada, fue una tarde difícil. El golpe hizo que ambos se separaran, Chimuelo acudió en ayuda de su amigo mientras que el fuego los envolvía dejando en suspenso a todos sus espectadores.

  Estoico olvidó por un momento su odio por los dragones y rezó para que Odin protegiera a la criatura y a su hijo mientras caían.

  Cuando todo terminó, una lluvia de cenizas y mucho humo era lo único que había en aquella isla donde se libró una batalla épica.

  Estoico, al divisar a la criatura, corrió hacia ella y al no ver a su hijo, comenzó a llorar. Le pedía perdón a los cielos, le pedía perdón al pueblo y le pidió perdón al dragón por todo lo que hizo.

  Chimuelo al notar tristeza en sus ojos, abrió sus alas lentamente, mostrando a Hipo herido e inconsciente. Su padre no dudó ni un minuto y lo abrazó. Todo su gente celebró la victoria. Bocón notó que a aquel muchacho le faltaba su pie izquierdo y trató de sellar la herida como pudo. Estoico notó una carta que había escrito su hijo tratando de explicar lo ocurrido y tratando de disculparse. Sintió como su mundo cambiaba, y de paso se dió cuenta de algo. Chimuelo llamó a los otros dragones y entre todos lo llevaron a él y al castaño lejos de ahí.

  El jefe solo tenía una sonrisa en su rostro mientras que los demás se sorprendían.

Bocón: ¿Por qué dejaste que se fuera? Estabas deprimido de perder a tu hijo.

Estoico: Lo sé, y me entristece verlo partir.

Bocón: ¿Entonces?

Estoico: Pero según la carta que había escrito Hipo, el quería convivir con los dragones y ayudar a los demás. El todavía no se siente listo para volver y le gustaría explorar el mundo. Cuando nosotros podamos aceptar el cambio, cuando seamos capaces de aceptar que nuestro pensar no es el único que existe, ahí será cuando lo buscaré y lo traeré a casa. Por ahora debo dejar que siga su propio camino, esa es la forma de convertirse en un verdadero vikingo.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia Diferente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora