Capítulo 32

1.7K 113 1
                                    

/Narra Patapez/
  Todo había sido alegría desde que Hipo, Heather y Valka llegaron a la isla.

  Hipo se comportaba como un niño hasta que finalmente, con una actitud más madura, comenzó a dirigir Berk a un futuro utópico donde bestias y humanos podrían convivir en armonía y paz.

  Al principio creo que era una locura, pero Hipo lo hizo posible en muy poco tiempo.

  Ya han pasado dos semanas desde que llegaron a Berk y las cosas fueron para bien. Obviamente había personas que todavía no aceptaban a los dragones. Las dificultades que se iban presentando, eran resueltas casi inmediatamente, pero siempre va a haber conflicto.

  Un día estaba paseando y ví a la familia Haddock y a Astrid, juntos, conversando y planeado cosas. Lo que más me sorprendió fue el ver qué Estoico y Astrid estaban de un lado entrenando con hachas estilos de pelea, y del otro lado estaban Hipo y su madre acariciando sus dragones mientras que llevaban puesto sus armaduras con escamas de dragon.

  Cuando ví esa escena, pude notar un aura familiar cerca de ellos. Me di cuenta de que, durante años, las mismas ideas que tenía Astrid, tenía Estoico y viceversa. La forma de actuar de mi amiga y la del jefe eran muy similares. Hipo nunca se pareció a su padre, pero ahora que conocimos y vimos a su madre, pude darme cuenta a quien se parece en realidad. Era imposible de explicar, pero al ver a los cuatro juntos, supe que estar juntos de esta forma, era como si fuera algo que Odin había preparado desde hace mucho tiempo. Ver esta escena perfecta era simplemente magnífica.

  Caminé por un tiempo luego de pasar cerca de los Haddock y fuí al bosque para buscar un espacio de tranquilidad y me encontré con Heather entrenando con un arma extraña, era como un hacha que luego se volvía una especie de barra con filo en las puntas. Al verla tan bella entrenando y combatiendo contra el aire, sentí que cada movimiento sueño se volvía lento y elegante. No sabía cómo explicarlo pero sus ojos, su cabello, su figura, todo era hipnotizante.

  Esto ya me ocurría antes cuando estaba en la isla de Hipo, pero cada día que la veía a ella, se volvía peor. Sentía como si el tiempo se detuviera en su presencia, pero cuando se iba, todo pasaba muy rápido.

  Me quede embobado mirándola y antes de darme cuenta, ya había oscurecido. Sentí como si me hubiera quedado de piedra. Volteé para verla una vez más y noté que ya no estaba ahí.

Patapez: ¿Cuánto tiempo quedé así?

Heather: Creo que unas horas.

  Me asusté al verla y escucharla detrás mío. No ví cuando se había movido de su lugar y solamente había volteado a ver el cielo un segundo. O ella era increíblemente veloz o yo me estoy volviendo increíblemente lento.

  Traté de hablar con ella pero las palabras no salían. Sus ojos verdes me veían con tal claridad, su sonrisa era tan bella que ni cien Valkirias se compararian a ella, mi temperatura se elevaba, mi corazón estaba como loco y mis piernas empezaban a fallarme.

Heather: Oye ¿Estás bien?

Patapez: Yo... Y-y-y-yo.

Heather: ¿Si?

  Quise decir algo pero no podía.

  En eso, ella se acerca lentamente a mí y toma mi mano, me mira fijamente y habla antes de que pudiera hacerlo yo.

Heather: Hipo me dijo que eres alguien muy listo, y por lo que ví, eres muy tierno - Quedé sin palabras alguna - ¿Te parece ir a cenar conmigo? Yo invito ¿Mañana a la luz de la luna, en medio de la plaza? Es una cita.

  Ella soltó mi mano y se fue hacia la aldea. Cuando por fin pude moverme, ni siquiera pude explicar lo que pasó. Lo único que hice fue irme a mi casa y decirle a toda mi familia. Mi madre, como si fuera algo de suma importancia, preparó una vestimenta para mí y arranco unas flores y las dejo reposar en un florero. Algo dentro de mí me decía que mi mamá apoyaba esta relación son siquiera conocerla.

  Estaba muy nervioso que no sabía ni en que pensar.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia Diferente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora