Capítulo 31

1.8K 119 8
                                    

/Narra Hipo/
  Luego de que Astrid saliera corriendo hacia su casa, yo quedé paralizado sin palabras algunas para describir lo que me ocurrió o para simplemente decir algo.

  Cuando por fin pude moverme, fui hacia la cala y allí me encontré con Chimuelo. Descanse sobre su lomo un rato y después me levanté y me fuí a mi casa a dormir. Al llegar, me encontré con mis padres sentados en la mesa comiendo tranquilos. Cené y luego me fui a mi cuarto, noté que mis cosas no habían sido movidas, pero mi habitación estaba limpia. Me di cuenta de que mi padre siempre esperó mi regreso y eso me hizo sentir feliz y mal al mismo tiempo.

  Terminé de organizar algunas cosas y me fui a dormir pero fue difícil ya que la voz de mis padres era demasiado fuerte. Ambos hablaban algo acerca de un hermanito para mí o algo así y de repente escuché un tono coqueto entre ambos y ahí entendí que si me quedaba en ese lugar, iba a quedar traumado, así que corrí lo más que pude y volé con Chimuelo por toda la isla.

  Al día siguiente, fui con Bocón y le mostré varios de mis inventos y le pedí para hacer varios para algunos habitantes de Berk, él acepto alegremente y pasamos todo el día haciendo los artefactos.

  Al día siguiente después de eso, fuí a ver a mi mamá y estaba volando con Brincanubes. Cuando por fin la alcancé, noté que una gran cantidad de dragones volaba hacia Berk y ahí entendí todo. Chimuelo y yo alcanzamos a mamá, bajamos los cuatro y una vez en tierra firme hablé con ella.

Hipo: *Gritando* ¡¡¡¿QUE HICISTE?!!!

  Bueno, casi.

Valka: Tranquilo hijo ¿No crees que sobreproteges a todos?

Hipo: ¿Yo? Por favor. Sé que humanos y dragones pueden llevarse bien, pero quizás si están un poco alejados estarían mejor, no sé. Tal vez si no los exponemos al peligro no pase nada malo. Cada uno debe estar en su isla y...

Valka: ¡Hipo! Sé que estás preocupado pero desde que nos reunimos nuevamente, no parabas de contarme tu sueño de una sociedad en donde humanos y dragones vivían en paz. No dejes que tus temores arruinen esos sueños.

Hipo: ¿Pero y si es un error?

Valka: Hipo, ya casi eres un adulto, has peleado contra cazadores, te has válido por tí mismo. Te has comportado como un niño desde que volviste a ver tu padre y a tus amigos. Es hora de actuar como un hombre de verdad.

  No me había dado cuenta hasta ahora, pero al tener a mi familia completa y a todos, me sentí como un niño de vuelta en su hogar. Agoté un poco mi cabeza y me concentré. Seguía algo dudoso de esta idea, pero si quería cumplir mis sueños e ideales debía tomar el riesgo.

  Todos los Berkianos se juntaron en la plaza y de a uno, los dragones aterrizaron cerca y de inmediato la gente empezó a murmurar con desconfianza.

  Los primeros en acercarse fueron unos niños. Eran bastante pequeños y no les tenían miedo. Acariciaron a las bestias y luego, poco a poco, los demás Vikingos se fueron acercando. En un solo día, los Vikingos y dragones se aceptaron mutuamente y eso me lleno de orgullo.

Cómo Entrenar A Tu Dragón (Una historia Diferente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora