Capítulo 73

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Namjoon avanza hacia mí con pasos paulatinos y aunque varios metros nos separan, mi instinto me hace retroceder hasta toparme con la gélida superficie metálica de la puerta.

—Primero debemos tener una conversación —su voz es calma pero autoritaria, dándome a entender que no tengo otra opción. Una emoción intensa que no logro descifrar se apodera de su mirada y me paraliza a medias.

Me desplazo unos centímetros hacia la derecha e interpongo mi cuerpo entre la puerta y Namjoon. Con el cuerpo rígido y el pulso que se acelera con cada segundo que pasa, sigo insistiendo con la perilla a mis espaldas. Como si por arte de magia la cerradura fuese a ceder.

—Ven —Namjoon me hace seña con la mano para que me acerque. Claro, como si eso fuese a pasar. No me muevo de donde estoy y lo fulmino con la mirada.

Namjoon exhala con impaciencia. Se pasa la mano por el cabello rubio y luego por su rostro. Se cubre la boca durante unos segundos mientras me mira pensativo.

—Hoseok —mascullo. El miedo es cada vez más evidente en mi temblorosa voz. Éste desvía sus ojos de mi hacia la pared y me doy cuenta que estoy completamente sola contra ellos dos.

—Hazel, nuestras familias no nadan en dinero como las que viven por aquí. No pueden darse lujos como tener un auto, irse dos semanas de vacaciones a algún lugar lindo o siquiera comprar lo último en ropa, y mucho menos enviarnos a la universidad —Namjoon hace una pausa, respira hondo y retoma—. Lo que hacemos, lo hacemos por nuestras familias y su bienestar —concluye, mutando su expresión oscura en una muy similar pero con un atisbo de aflicción.

Lo miro con total incredulidad. Puede ser que sus familias no tengan una buena situación económica, sin embargo, hay muchas otras opciones más que vender drogas para ayudarlos. Intenta justificar lo injustificable.

—Así que ayudan a sus familias arruinando las vidas de... ¿Cuántos clientes tienen? —pienso en todas esas personas, presas cada una de sus propias adicciones, de las cuales ellos dos se aprovechan y mi bronca aumenta.

—¿Sabes lo mucho que te envidio por poder ir a la universidad para el día de mañana tener un trabajo decente y una buena vida? —clava sus ojos tajantes en los míos—. Si tuviera que depender por completo de esta tienda para que mi familia sobreviva y también para juntar el dinero que necesito para asistir a la universidad, nunca llegaría a reunirlo.

—Sabiendo cómo lo obtuviste, ¿aún así podrías usarlo para estudiar? —cada palabra que sale de su boca sigue asombrándome. Su silencio es respuesta suficiente—. Estás loco —sacudo la cabeza en forma negativa—. Hay otras maneras. Existen becas o descuentos especiales... —un pensamiento que acabo de formular, me arrebata las palabras.

—No lo entiendes, Hazel, porque tú tienes a alguien que te paga todo —espeta con un tono áspero.

—Sí que lo entiendo —lo contradigo—. No vendes drogas para poder juntar dinero para ir a la universidad. Lo haces por avaricia —su expresión se endurece; tensa la mandíbula y frunce el ceño.

Ésa es la única razón. Si de verdad se tratase de la universidad, hubiese optado por alguna de las otras dos opciones que mencioné o cualquiera otra que yo probablemente desconozca.

—No puedes... pueden seguir haciendo esto —las palabras abandonan mi boca antes de percatarme de ello. La mirada penetrante y oscura de Namjoon hace que me arrepienta de haberlo hecho.

—Hazel, me estás obligando a hacer algo que no quiero —reanuda sus pasos hacia mí y presiono el cuerpo contra la puerta con tanta fuerza que escucho un pequeño crujido que hace la cerradura.

|| Damaged || Suga ||Where stories live. Discover now