|| Damaged || Suga ||

Capítulo 22

El color verde del césped es intenso, o tal vez lo perciba así por haber estado viendo tanto color beige/amarrillento de la arena de la playa. El terreno ante mis ojos está desprovisto de árboles; sólo se ve uno que otro a lo lejos y muy distanciados entre sí y, desde que abandonamos el camino pavimentado por uno de tierra, conté un total de tres casas en kilómetros.

Louis conduce un par más de kilómetros por el desnivelado camino y la casa donde pasaremos éstos dos días no tarda en hacerse visible. Es mucho más chica que la casa de la playa; es de un piso, dos ventanales en el frente, en el medio tiene una puerta de madera de aspecto viejo y un techo negro en bajada hacia ambos lados, muy parecida a las que vi de camino aquí. Un par de arbustos enanos decoran el jardín delantero debajo de los ventanales y una fila de flores blancas diminutas al costado del sendero que lleva a la puerta de entrada, embellecen el recorrido.

Bajamos del auto y cada uno toma sus pertenencias. Matthew luce casi tan absorbido por el lugar como yo y me dice que también es su primera vez aquí. Ann abre la puerta y se apresura a abrir las ventanas de la sala y dejar que la luz diurna ilumine el lugar. Por fuera, parece una casa ordinaria pero el interior tiene el toque de Ann por todos lados; muebles, alfombra, color de las paredes, cortinas, todo está impreso en colores pertenecientes a una gama de colores que van desde un beige claro hasta un marrón intenso. El lugar está impregnado con un aire rústico en su máxima expresión.

"Solamente hay tres habitaciones, así que ustedes dos tendrán que compartir una" dice Ann viendo a los dos que caminan detrás de mi. 

"Ni hablar" dice Yoongi, con enfado. "Dormiré en la sala." 

"¿Tienes miedo de enamorarte de mi, acaso?" dice Matthew. Su tono irónico me toma por sorpresa y se me escapa una risa más fuerte de lo que pretendía. Yoongi me destina una mirada asesina y luego hace lo mismo con Matthew.

"Vas a dormir en el piso" le dice a Matthew al pasar por su lado, amenazándolo.

Los cuatro caminamos por un pasillo relativamente corto y ellos dos entran en un cuarto a la izquierda mientras que Ann me indica que entre en la puerta que está situada justo en frente. Entro y dejo mi bolso sobre la cama mientras que ella se acerca a la ventana y abre el vidrio, dejando que el aire de estar todo encerrado se renueve.

"¿Te gusta?" me pregunta voltéandose hacia mi. Es sencilla; una cama, una mesa a su lado con una lámpara, un closet de mi estatura, un poco más alto tal vez y otro mueble mediano con tres cajones. Me recuerda un poco al lugar que llamé mi habitación toda mi vida cuando vivía con mi madre.

"Está bien" contesto débilmente. 

"Bueno, acomódate y luego ven a la sala" Ann sonríe y se va. 

No tengo mucho que acomodar, así que en menos de diez minutos voy a la sala y me encuentro con ella, Louis y Matthew hablando.

"Acuérdate de comprar todo lo de la lista, en especial el aceite de oliva" le dice a su esposo y le entrega un papel.

"¿Que no compraste todo en la estación?" se queja Louis.

"No todo, faltaron algunas cosas."

"Cariño, conduje tres horas y media hasta aquí..." insiste él, agotado.

"Son sólo unos cuantos minutos más. Luego podrás descansar todo el resto del fin de semana" contraataca ella con un tono dulce que, luego de unos segundos, logra su cometido de convencerlo.

"Hazel, acompáñalo. Así, de paso, podrás conocer los alrededores" sugiere con un tono inocente, aunque no lo suficiente como para convencerme de que no ha estado planeando ésto desde que salimos de la casa probablemente.