Capítulo 45

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Toco algo suave con mi pie al entrar, una remera creo. Otra lámpara del mismo diseño que la que está en mi habitación, está encendida y me permite ver su cama casi desarmada por completo. Las sábanas están sobre el suelo al igual que algunos almohadones y el acolchado. La luz de un relámpago atraviesa la ventana e ilumina el lugar en su totalidad mejor que la lámpara. 

Ella (la voz) espera a que el trueno pase para aumentar su furia. Enloquece mientras me ordena a los gritos que salga de allí; una mezcla de insultos y órdenes invade mi cabeza como la lluvia que empieza a caer afuera y sólo quiero que se detenga. Quiero se vaya de la misma forma en la que apareció y que no vuelva nunca más. 

Yoongi apoya sus manos en mis hombros y se inclina hasta quedar cara a cara conmigo. 

—Dime qué es lo que escuchas. 

Su voz grave se mezcla con el histérico hablar de la otra dentro de mi mente, por lo que no estoy segura de haberlo escuchado bien. 

—¿Es una voz? ¿Qué te está diciendo? —pregunta con sus ojos casi penetrando los míos. 

¿Cómo puede saber...?

—Ignórala y concéntrate en mi voz —presiona sus dedos en mis hombros—. Mírame a los ojos y escucha sólo mi voz, Hazel. 

Y lo hago. Me olvido de pensar, por ahora, en cómo demonios sabe lo que está sucediendo y me enfoco en oír su voz por encima de todo; de la tortuosa voz femenina, de la lluvia golpeando contra la ventana, de los truenos. Él continúa hablando, pidiéndome que la ignore y ella se resiste, se enfada aún más al principio, hasta que finalmente empieza a perder potencia y desaparece. Donde sea que haya ido, espero que nunca regrese. 

Yoongi me hace caminar de espaldas hasta su cama, me indica que me siente en ella y él hace lo mismo. Se estira hacia la mesa que sostiene la lámpara, toma un botella de agua abierta y me la da. Espero que su mirada se encuentre con la mía, sin embargo pone sus ojos en la botella en su mano y no los aparta de ella. La tomo y dirige su vista hacia el suelo. 

Primero habló de haber cometido un error que no quiere cometer otra vez, ¿y ahora esto? 

—¿Cómo sabías... —no puedo terminar la pregunta. No sé cómo terminarla y que no suene como una locura. "¿Cómo sabías que una maldita voz que sólo yo escucho estaba hablándome sin parar?" Suena loco. 

Una intermitencia en la luz de la lámpara hace que vea hacia ella y descubra algo que no había visto a simple vista. Estiro el cuello un poco para poder ver mejor y algo se asoma por detrás de ésta. ¿Es un frasco con pastillas? 

—No importa. Se calló, ¿o no? —dice.  Le devuelvo la botella y la coloca donde estaba. 

Desde donde estoy, no alcanzo a leer la etiqueta que rodea el frasco transparente en cuyo interior están contenidas unos cuantos comprimidos blancos y alargados. 

—¿Por qué mentiste cuando te pregunté a quién le habías gritado? —pregunta con un suave pero molesto tono. Voltea hacia mi y mis ojos viajan del frasco a él. 

—Creí que no volvería a suceder —me sincero. 

Yoongi deja escapar un suspiro y luego, gira parcialmente su cuerpo hacia mi. 

—¿Desde cuándo la escuchas? 

Estoy a punto de contestarle que ésta es la segunda vez, no obstante, mis recuerdos me dicen que no es así. Ha estado presente desde antes de hoy, aunque nunca fue tan fuerte e intimidadora. Tengo recuerdos mezclados y borrosos de otras ocasiones, sin embargo, recuerdo muy bien la última vez que me había hablado. Fue cuando decidí que no quería seguir siendo una molestia para todos, especialmente mi madre. 

|| Damaged || Suga ||Where stories live. Discover now