|| Damaged || Suga ||

Capítulo 34

Seguirle su juego me hace sentir de la misma manera que cuando esa hoja de metal filoso toca mi piel; yo soy quien tiene el poder de lo que sucede y lo que siento. Y me gusta. 

 La tensión entre ambos se esfuma en cuanto un celular empieza a sonar y aparto la mirada hacia donde viene el sonido. Matthew toma su celular y lo sostiene frente a él como si no supiera siquiera lo que es.

—Contestá o rechazala —le dice Yoongi.

Le doy una mirada rápida a la pantalla, simplemente para ver el nombre de May y ver, una vez más, esa expresión decepcionada en su rostro. ¿Cuándo se va a dar cuenta que esa chica no se merece ni aunque sea que piense en ella un minuto al día?

—¡Hazel! ¿Qué...? —dice Matthew nervioso y sorprendido en cuanto le arrebato el celular de las manos y atiendo la llamada.

—Ya deja en paz a Matthew, ¿quieres? —hablo primero.

—¿Disculpa? ¿Y tú quién eres para contestar el celular de mi novio? —pregunta una voz femenina irritada del otro lado de la línea.

—Las disculpas se las debes a él por haberle hecho creer que de verdad lo querías —respondo con un marcado tono enojado. Yoongi y Matthew se ponen de pie y me miran sin disimular la curiosidad que sienten por saber cómo terminará esta conversación.

Escucho una risa burlona del otro lado y May continúa. 

—No voy a hablar ni una palabra más contigo —dice despectivamente. —pásame con mi novio ya mismo —me ordena. 

—Él ya no es tu novio —respondo y Matthew no se molesta en corregirme.

—Mirá maldita zorra, no sé quién te creas que eres-

—Soy su novia —la interrumpo y ella se queda en silencio mientras que Matthew permanece boquiabierto, viéndome perplejo. 

—¿Qué dijiste? ¿Su...su novia? —pregunta extrañada. —Mirá que ese idiota fácil de manipular va a tener otra novia tan rápido —dice entre risas, burlándose.

Miro a Matthew a los ojos y rezo por que no se escuche las estupideces que esta maldita está diciendo. Mi mente se llena de pensamientos y palabras, nada agradables, para dedicarle a May, sin embargo me las guardo porque Matthew está presente.

—Sí, su novia, así que dejá de llamarlo o juro que te iré a buscar personalmente para hacerte tragar cada palabra que haz dicho. ¿Entendiste? —levanto un poco la voz al final y finalizo la llamada sin darle oportunidad a que me responda.

—¿Mi novia? —pregunta Matthew aún sorprendido.

—¿Su novia? —pregunta Yoongi desde la misma manera.

—¿Qué? —pregunto intercambiando miradas con ambos. 

—Esto es lo que deberías haber hecho el sábado cuando hablaste con ella —le explico a Matthew.

¿Qué caso tiene que sienta romper a llorar cada vez que ve su nombre en la pantalla de su celular? ¿Acaso hará que ella cambie de opinión y vuelva a ser quién era? Por lo que hablamos en estos pocos minutos, me arriesgo a decir que Matthew nunca la conoció de verdad y cree querer a alguien que, en realidad, es una farsa.

Quizás él no lo sepa, pero de esta manera, estoy evitándole que sienta más dolor del que ya siente, porque no hay nada peor que descubrir que la persona que tanto querías, no era quien pensabas que era. 

Matthew vuelve a darle play a la película que había pausado cuando le quité el celular y continuamos viéndola. Después de un rato, apoyo mi cabeza contra el colchón de la cama y me convenzo de cerrar los ojos sólo un momento, no obstante, una vez que lo hago, no puedo volver a abrirlos de lo cansada que estoy. Continúo escuchando los sonidos de la película un par de minutos más luego de cerrar los ojos, pero pronto se hace todo silencioso.

* * *

Debí haberlo sabido antes, que era muy bueno para ser real. Si eras una farsa, ¿por qué todo lo que sentía por ti y aún siento, incluso en contra de mi propia voluntad, es tan real?

Debería odiarte con todas mis fuerzas, sin embargo, me odio más a mi misma por haberte creído cada palabra, cada caricia y cada beso. 

~~~~~~

—¿Estás bien? ¿Por qué lloras? —Luke afloja sus brazos un poco para poder verme bien a los ojos, aunque los mantiene alrededor de mi cuerpo. —Hazel, háblame. No me asustes —insiste con un tono preocupado y no puedo evitar reírme; de él, de mi, de la situación actual.

—Estoy bien —contesto. Mi rostro parece un cielo cubierto de nubes grises por las cuales se filtran unos cuantos rayos de sol.

—¿Por qué lloras entonces? —pregunta más tranquilo al mismo tiempo que seca mis lágrimas con sus dedos.

Si alguien me lo hubiese preguntado antes, hubiese dicho que nunca podría sentir algo así, pero ahora, heme aquí; por primera vez en mi vida quiero sonreír de verdad y no para tratar de esconder mi tristeza, sino porque realmente quiero expresar lo que siento en mi corazón.

—Porque estoy feliz —respondo.

Mis lágrimas de felicidad se deben a que, por primera vez en mi vida, me siento genuinamente feliz. No pretendo ni finjo serlo, simplemente lo soy y se siente mucho mejor de lo que alguna vez pude imaginarlo.

Luke extiende su cuello para alcanzar mis labios y luego volver a envolverme entre sus brazos con fuerza, apegándome a su pecho.

—Yo también soy feliz por tenerte a mi lado, Hazel. Te amo, ¿lo sabes, verdad? —hace una pausa y cierro los ojos mientras acomodo mi mejilla contra su pecho.

—Pase lo que pase, por favor nunca dudes que te amo  —su voz vuelve a resonar en su pecho.  —Te amo.

Me estoy viendo a mi misma creer ése montón de mentiras como si nada y me dan ganas de golpearme tanto hasta dejarme inconsciente. Quisiera gritarle a ésa yo, que está en brazos de ese embustero, ¡despierta imbécil!, sin embargo, eso que creía que era felicidad me tenía ciega y sorda.

~~~~~~

Salgo de mis sueños cuando mi cabeza se sacude repentinamente y un dolor agudo aparece en la parte superior izquierda.

—¡Mierda! —escucho susurrar cuando abro lentamente los ojos. ¿Yoongi?

Mis brazos están alrededor de su cuello y mis pies cuelgan en el aire. ¿Cuelgan en el aire?
Me está cargando. ¡¿Por qué me está cargando?!

—¿Qué haces? —pregunto confundida. Me sostiene la mirada unos segundos antes de contestar.

—Te cargo —responde como diciendo, "¿que no es obvio?" y reanuda sus pasos hasta dejarme en mi cama. 

—Ya sé, pero ¿por qué? —cuestiono, frotándome la cabeza donde duele.

—Te dormiste en la habitación de Matthew. ¿Querías que te dejara allí durmiendo en el piso? 

—Podrías haberme despertado, no soy una niña para que me carguen —lo regaño. Intento sentarme más erguida, pero el dolor de cabeza me molesta. —¿Por qué me duele la cabeza? —le pregunto e, inmediatamente, desvía la mirada.

—Yoongi... 

—Te golpeé la cabeza con el marco de la puerta al entrar —admite en voz baja.

—¿Qué? 

Esto es increíble. ¿Cómo puede golpear mi cabeza con el marco de la puerta? ¿Que está ciego?

—¿Cómo-... —voy a preguntarle cómo puede no ver el marco de una puerta, cuando, de repente se va de la habitación.

Sí, mejor que se vaya antes de que se me ocurra devolverle el golpe para que estemos a mano. Desarmo la cama, me meto debajo de las mantas y, al cerrar los ojos, el dolor va disminuyendo.