Capítulo 52

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La misma incertidumbre que me agobiaba al ver vi mi closet vacío cuando hice mis maletas para venir aquí, dice presente. En ese entonces me preguntaba qué sería de mi de ahora en más, qué cosas me sucederían, qué personas conocería. Ahora las preguntas cambian un poco. 

—Se fue —habla Matthew de repente, asustándome. 

—¿Por qué? —atravieso la habitación y camino hacia él. Parece dos o tres veces más grande sin todo el desorden—. ¿Ann y Louis lo echaron? —pienso en voz alta. ¿Saben lo que realmente pasó o sólo saben lo que sucedió en la calle? 

Sin darle tiempo a responderme, sorteo a Matthew y me dirijo a las escaleras. Ésta es su casa y la única familia que tiene. Debo hablar con ellos, explicarles que Yoongi no tiene la culpa; bueno, en parte sí pero gracias a él, pude abrir los ojos y recordar el por qué nunca me rendí hasta ahora. La noche es más negra antes del amanecer, dicen. Tal vez aquella noche fue la más negra que he visto y ahora sólo me queda esperar la salida del sol. 

—Hazel, espera —Matthew me toma del brazo a unos pasos del primer escalón—. Nadie lo echó, él solo se fue. 

—¿Qué? ¿Pero por qué? —no pasa más de un segundo antes de darme cuenta de que estoy preguntando una estupidez. Matthew también se percata de ello y desvía su mirada de la mía—. ¿Dónde está? 

—No sé. La última vez que lo vi fue el jueves cerca de la medianoche en el hospital y cuando volví el viernes por la mañana temprano aquí, fui a buscarlo a su habitación y ya no estaba. 

—¿Lo llamaste? ¿Él te llamo? ¿Cómo pudo sacar sus cosas sin que nadie lo viera? —pregunta que pienso, pregunta que sale de mi boca. 

—Tranquilízate. Sí, lo llamé pero su celular está apagado. No, no me llamó y no es muy difícil sacar ropa y algunos libros y apuntes. 

No voy a estar tranquila hasta hablar con él. Ni siquiera se molestó en hablar conmigo o visitarme en el hospital después de haberme salvado, el muy maldito... ¿y ahora se aleja de la única familia que tiene? Ésta es más su familia que la mía. No me voy a poner a llorar en mi habitación y dejar que la culpa me carcoma por dentro. Es mi culpa, sí; volví a hacer las cosas mal y volví a herir a alguien cercano a mi, sin embargo, esta vez es diferente porque voy a a arreglarlo. 

—Mi celular, ¿dónde está? —pregunto al mismo tiempo que me dirijo a mi habitación por él. Lo tenía en el bolsillo de mis jeans esa noche, así que supongo que se lo dieron a Louis o Ann en el hospital. 

—Lo tiene apagado... —insiste, siguiéndome los pasos. 

Cuando lo veo sobre el escritorio, busco el cargador y lo enciendo. 

—Hace un rato volví a llamarlo y nada —vuelve a hablar luego de unos minutos en silencio en los que reviso los mensajes y si hay alguna llamada perdida de él, pero sólo veo un par de Jimin. 

—Tal vez lo haya encendido —respondo sin mirarlo. Entro en contactos, veo su nombre y presiono "llamar". 

«Que no esté apagado, que no esté apagado, que no esté apagado...» 

La voz monótona del buzón de voz me responde sin dejar que el tono suene ni una vez. Pruebo una vez más para estar segura y obtengo la misma respuesta. ¡Maldición! Me siento en la cama y me paso las manos por el cabello, frustrada. ¿Cómo lo voy a encontrar si ni siquiera contesta? 

Jimin; él es su amigo, debe saber dónde está. Lo llamo y me contesta al segundo tono. Una música fuerte de fondo suena durante unos segundos.

—¿Hola? ¿Hazel? —eleva su voz y alejo el celular de mi oreja.

|| Damaged || Suga ||Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin