|| Damaged || Suga ||

Capítulo 21

"Vamos antes de que cambie de opinión" musita Ann sin poder esconder la sonrisa que aparece en su rostro y Louis se sube al asiento del conductor. 

El auto es bastante espacioso pero la posición en la que Yoongi está sentado, ocupa casi la mitad del total del asiento. Con la cabeza recostada sobre el respaldo, ojos cerrados, brazos cruzados sobre su pecho y con las piernas abiertas, hace que deba sentarme pegada a Matthew y éste, pegado a la puerta. Estamos igual que la ropa de Ann en su maleta; metidos a presión.

"Muévete, ¿no?" le pido entre dientes pero no hay respuesta de su parte. Con mi pierna golpeo la suya y sólo consigo que frunza el ceño y abra más las piernas, hasta colocar una encima de mi. 

"¡Quítate!" digo molesta mientras me la quito de encima y me muevo unos centímetros más contra Matthew. A este paso voy a terminar sentándome sobre él.

"Sigue hablando y más espacio voy a ocupar" me advierte sin abrir los ojos y con una sonrisa ínfima en sus labios.

"¿Qué pasa?" Louis nos mira rápidamente por el espejo retrovisor. 

"Quiero dormir y tu hija no me deja" responde Yoongi irritado. Las palabras que utiliza me hacen sentir extremedamente incómoda y me toman por sorpresa; todavía me resulta raro que se refieran a mi como su hija. 

"Siéntate bien. Estás haciendo que Matthew y yo viajemos incómodos" explico molesta, como si no lo supiera; es obvio que sólo está siendo un imbécil y lo hace a próposito.

"¿Estás incómodo?" se inclina hacia adelante y le pregunta a Matthew con un tono irónico. Éste último suspira profundo y asiente con frustración.

Yoongi vuelve a colocar su espalda contra el asiento y en silencio, palmea su regazo. Me quedo viéndolo átonita; espero que no esté haciendo lo que estoy pensando.

"Aquí hay más lugar" susurra en voz baja y una sonrisa maliciosa intenta hipnotizarme, no obstante, me resisto. Con mi cuerpo lo empujo contra la puerta  de su lado y logro hacer más lugar en el medio para dejar de estar aplastando a Matthew contra la ventanilla. Tendrá el cuerpo de un adulto de veintitrés años, pero la mente de un niño caprichoso de cinco. 

De repente, siento que el aire acondicionado del auto no llega hasta nosotros tres aquí atrás; es como si el sol brillara en todo su esplendor desde techo del vehículo, a centímetros de mi rostro. Sólo ruego no estar sonrojada.

"Sé que quieres hacerlo, se nota a kilómetros de distancia" su respiración tibia roza mi oreja y me mantengo en silencio, tratando de controlar y entender por qué maldita razón mi cuerpo y mi corazón reaccionan de esta forma ahora.

"Matthew, ¿tienes unos auriculares? Dejé los míos en el bolso del portaequipaje" decido ignorar al rubio a mi izquierda y le resto importancia a ésta extraña reacción que acabo de tener. 

Los conecto y pongo mi playlist en aleatorio. Después de unos minutos de recorrido, la playa y los edificios y negocios de la zona céntrica van desapareciendo poco a poco hasta que no queda ninguno. Louis y Ann van conversando en el frente mientras que Matthew y Yoongi están dormidos; él primero tiene la cabeza puesta en la ventanilla y lleva su celular en una mano y, el otro, tiene la cabeza apoyada en el respaldo del asiento.

Luego de una hora y cuarenta minutos más o menos, Louis dobla en un camino pavimento que sólo tiene espacios verdes a sus costados. El movimiento del auto hace que la cabeza de Yoongi gire y termina apoyada en mi hombro, junto con su brazo sobre mi regazo. Pensando que está haciéndolo intencionalmente, me dispongo a sacudírmelo de encima, literal, cuando veo que realmente está dormido. Sus ojos están quietos debajo de sus párpados, su respiración lenta choca contra mi rostro y sus labios están ligeramente abiertos. Juro que en cuanto me babee, lo arrojo del auto en movimiento.