|| Damaged || Suga ||

Capítulo 62

Perdón perdón perdón por tardar tanto en subir cap, no me gusta hacerlas/os esperar pero quería escribir el cap lo mejor posible. No me odien T_T

Las/os adoro por todavía seguir la historia y tomarse el tiempo de votar y comentar también. 

Canción para el cap: Naked de Avril Lavigne.

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Saboreo menta fresca cada vez que nuestros labios confluyen, además de sentir que una corriente eléctrica reemplaza la sangre que corre por mis venas. Cálidos, húmedos y deseosos; sus besos hacen que mi corazón vuelva a luchar cual animal enjaulado en mi pecho por librarse de los barrotes que lo contienen en tan insuficiente espacio. Tengo los ojos cerrados, sin embargo, la afectiva expresión de su rostro contemplándome sigue siendo tan nítida en mi mente como si los tuviera abiertos de par en par.

Puede que mi vida sea como un río calmo por el momento, sin tortuosas y entrometidas voces retumbando en mi mente, ni demasiados pensamientos negativos sobre cada cosa que hago sacudiendo las aguas con fiereza. Pero las cicatrices grabadas en mi muñeca con frías hojas de metal me recuerdan, cada día, que sigo siendo un desastre. Quizás un desastre menos ruidoso y de menor magnitud, no obstante, desastre al fin, y que Yoongi diga que soy mejor de lo que alguna vez pudo haber soñado, incluso conociendo esta parte de mi mejor que nadie, me cuesta un poco creerlo. Cada vez que mi piel dolía bajo el ardor del filo del objeto que utilizaba para hacerlas, podía sentir como las personas se alejaban más y más de mí. Repudiándome, tildándome de "buscadora de atención", "loca". A pesar de ello, muy dentro de mí, siempre deseé encontrar a la persona que me mirara a los ojos y dijera que está bien ser así de imperfecto y estar así de dañado, porque nadie en este mundo es completamente perfecto en todo sentido; que aceptara esa imperfección como parte de mi persona y que me apreciara, a pesar de ella.

Una vez más, siento que el colchón se hunde con más fuerza a mi lado izquierdo. Yoongi redirecciona su peso hacia su brazo derecho y aparta su mano izquierda. La manera en la que nuestros labios encajan el uno con el otro es como si besar fuese lo único para lo que fueron hechos; lo único que los mantiene con vida.

El edredón sobre el que descansa mi cuerpo es suave al tacto, sin embargo, prefiero alejar mis brazos de él para rodear el cuello de Yoongi y atraerlo más a mí. Él mueve su rodilla, haciéndola chocar contra mi muslo al mismo tiempo que se balancea sobre mí, con sólo unos dos o tres centímetros de distancia entre nuestros cuerpos. Una repentina ola de calor explota en mi boca. Un gemido escapa de la suya, terminando en la mía y, mi reacción es exactamente la misma. Siento como si el sonido ahogado que emito fuera la lava que sale despedida de un volcán para aliviar la presión de energía que hay dentro de éste.

De pronto, sus labios abandonan los míos y abro los ojos. La tenue luz de la habitación proyecta débiles sombras sobre su rostro, como un atardecer que recién comienza. Mi necesidad de sus labios, me lleva a voltear a la derecha en su búsqueda para volver a unirlos, pero Yoongi tiene cambia de planes y los utiliza para depositar besos en la línea de mi mandíbula.

Suprimo un suspiro repentino ante tal explosiva sensación y giro mi cabeza hacia la izquierda, dejando que todo mi perfil derecho y cuello queden a su merced. Empieza en la comisura de mis labios, bajando hasta mi mentón y a lo largo de mi mandíbula hasta rozar mi oreja. El húmedo trazado de sus besos queda impreso en mi piel, que sigue erizándose con cada toque suyo. Éste continúa por mi cuello con besos más intensos que abrasan mi piel del mismo modo que lo harían chispas cayendo sobre hojas de papel. Siento como si todo mi interior estuviese hecho de miles y miles de pequeñas chispas chocando entre sí, en constante ignición. Un fuego imponente y descontrolado.