Capítulo 3

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No importa cuantas veces cierre los ojos y reze porque ella esté a mi lado cuando los vuelva a abrir, no sucederá. Se fue para siempre y sólo vive en mi memoria ahora. Tampoco importa cuanto me esfuerze en imaginar que estoy en mi antigua casa allá en Inglaterra porque las diferencias que hay entre ambas residencias son abismales y me impiden pensar en ello. Éste es mi hogar y ésta es mi familia ahora por mucho que me niegue a aceptarlo.

Tomo mi celular, deslizo las fotos en mi galería hasta encontrar mi foto favorita junto a mi madre y lo coloco en mi pecho mientras pienso en ella hasta quedarme dormida. 

* *

Las mañanas al lado del mar son bastantes frescas considerando que es verano. Anoche olvidé la ventana abierta y unos minutos antes de las 9 AM el viento es lo suficientemente intenso para despertarme. Antes de cerrarla me quedo unos minutos observando la vista y es incluso más bonita de lo que es durante la noche. El cielo celeste carente de nubes, la superficie del agua de un tono similar cubierta de pequeñas olas y la arena amarillenta le da una sensación de cálidez a tanto color frío.

Luego de desperezarme, voy al baño y recuerdo que no tengo cepillo de dientes ni pasta dental pero resuelvo ese problema rápidamente al urgar en un pequeño mueble blanco que está a mis espaldas. Lo que no puedo resolver es que no tengo mi maquillaje porque lo empaqué en una de las maletas perdidas. Al igual que mi cabello, el maquillaje también forma parte de mi y sin él no me siento yo misma. Humedezco el desastre que tengo por cabello e intento acomodarlo de una manera decente para no asustar a nadie al bajar, ya bastante susto voy a causar con mi cara lavada.

Hay tanto silencio que creo que no hay nadie más que yo en la casa. Paso por delante de la habitación de Matthew pero la puerta está cerrada asi que sigo mi camino. La alfombra color beige que tapiza el piso es realmente suave al tacto y se siente casi tan bien como meter los pies en la arena tibia.

Al parecer la ventana de la siguiente habitación en mi recorrido también está abierta y el viento mece la puerta provocando un chirrido mínimo. Con un ligero empujoncito de mi pie, la abro por completo y le doy un recorrido visual rápido al lugar: la misma clase de cama que la mía, los mismos muebles, algunos libros en una estantería, una laptop sobre el escritorio y ropa por donde sea que mire. Inspiro profundo y un perfume intenso e inconfundible me ayuda a descrifrar de quién es esta habitación.


Además de maleducado y arrogante es desordenado. ¿Por qué no me sorprende? Vuelvo a mirar sobre el escritorio y...¿ésos son envases de comida vacíos?

"¿Ra... ramen?" leo la etiqueta en voz alta. El envase tiene letras raras y bajo éstas está escrito con letras que entiendo; nunca oí hablar esa comida y supongo que debe ser coreana. Me acerco al recipiente y el olor asqueroso que tiene me hace retroceder al mismo tiempo que me tapo la nariz. ¿Hace cuánto días debe estar eso ahí? ¿Que no tiene olfato este chico?

Una caja de pizza, que no me voy a atrever a abrir por nada en el mundo si no quiero morir por intoxicación, más envoltorios plásticos y de papel de snacks, latas y botellas de agua, alcanzo a contar unas seis; todo apilado como si hubiese sido barrido con una escoba sobre el escritorio.

Me alejo de su basurero personal o tendré que darme otra ducha para quitarme el olor horrendo. Por la débil capa de polvo que tienen sobre sus lomos, sospecho que esos libros son sólo de decoración y que nunca los ha abierto. Paso los dedos sobre ellos hasta detenerme en un ejemplar de Delirium de Lauren Oliver. Es el único libro que habla sobre el amor que he leído y que lo considera una enfermedad que debe ser tratada para tener una vida óptima y felíz. Y no podría estar más de acuerdo: el amor sólo te induce en un estado de delirio y te hace creer cosas ridículas y absurdas, como lo hizo mi madre.

|| Damaged || Suga ||Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz