141. Unachicafearless

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 pseudónimo : unachicafearless Edad: desconocida.

No le deseo a nadie, ni a mis peores enemigos lo que me ocurrió a mí, porque ni siquiera un demonio es feliz viviendo en el mismísimo infierno.

Mi historia comenzó cuando tenía tan solo 11 años. Era verano y por primera vez en mi vida iba a ir a un campamento. No conocía a nadie salvo a una amiga de la escuela, eso me tranquilizaba, pero aun así no me hacía ilusión ir al campamento, era una niña a la que no le gustaban los campamentos, prefería quedarse en su casa, leyendo y descansando. Era muy independiente. 

Cuando llegué al campamento al principio solo quería irme, no me gustó la primera impresión, pero mi amiga me animó y después de unos días empecé a pasármelo bien. Mi amiga al cabo de unos días regresó a casa porque se había puesto enferma y los padres decidieron llevarla de regreso a casa. Me quedé sola y fue en ese momento cuando el campamento dejó de ser divertido. Como llevábamos ya unas cuantas semanas allí, me costó juntarme a un nuevo grupo de amigas, pero al final, me aceptaron. Esas niñas se llevaban genial con el grupo de los chicos, y uno de los niños, el más ''popular'' la tomó contra mi. Empezó a burlarse de mi y a alejarme del grupo, y aunque las niñas no se dejaban mandar por él, me sentía muy sola. Recuerdo un momento que siempre llevaré grabado: habíamos regresado de la piscina y era tiempo de ducharnos para después cenar todos juntos en el comedor, desde que era pequeña siempre tardaba demasiado en ducharme, así que decidí ir de última en el turno de las niñas. 

Cuando terminé justo comenzó el turno de los niños para ducharse, al verme en toalla, comenzaron a rodearme e intentaron quitarme la toalla diciendo ''a ver cuánto de gorda estás'' yo chillé hasta que un monitor me escuchó y bajo a regañar a los niños. Yo regresé a las habitaciones de las niñas y no dije nada. Pasó el tiempo y los niños continuaron metiéndose conmigo. Un día el popular le confesó a una de mis amigas que se metía conmigo porque le gustaba y quería que fuera su novia. Mi amiga me lo contó y yo acepte solo para que así me dejara en paz, pero después de unos días me sentía tan mal que le dije que no podía ser su novia porque no me había gustado lo que había hecho. Él puso a todos en mi contra hasta que se terminó el campamento y regresé de nuevo a casa.

Justamente ese año empezaba en el instituto y me separaron de mis mejores amigas, pero tuve suerte y en la nueva clase, hice nuevas amigas, y eran del grupo de populares. Eran muy guapas y tenían un cuerpo muy lindo y yo a su lado me sentía como aquella vez cuando los niños me habían intentado quitar la toalla. "a ver cuánto de gorda estas'' era una frase que recordaba a menudo. 

Miraba a mis amigas lindas y delgadas y yo veía que engordaba porque era bajita y con mucha cadera y me sentía mal conmigo misma. Además mis amigas se llevaban bien con los niños más guapos de la clase, pero los niños solo se fijaban en ellas porque eran las guapas. Eso también me hacía sentir mal. Mis amigas además nunca quedaban conmigo fuera de la escuela, y aunque yo le contaba mis problemas, ellas apenas me contaban los suyos, a mí me dejaban fuera de sus charlas muchas veces y terminé sintiendo que no me querían. 

En el segundo año de instituto empecé a ir a baile, me gustaba mucho sobre todo el baile artístico. Hice nuevas amigas que también iban en mi clase. Esas amigas eran también lindas y tenían amigos muy lindos, uno de ellos empezó a gustarme y después de un tiempo hablando con él, con la ayuda de mi amiga, terminamos siendo novios. Ese chico tenía un problema, porque a partir de ahí no me dejaba tranquila. Me seguía a todas partes, siempre se pegaba a mi, y eso me agobiaba, porque como dije ya en el principio, era una chica muy independiente, no me gustaba que la gente fuera excesivamente cercana, porque eso me ponía nerviosa y de mal humor. El chico con el tiempo se cansó de que le evitara y me dejó. 

En el tercer año quiso vengarse por cómo le había tratado y empezó a llevarse mal conmigo, no podíamos ser amigos de nuevo, era incómodo y terminamos tan mal que ninguno de los dos quería ni hablar. Él hacía listas con puntuaciones para votar a las más lindas y a las más feas y a mi siempre me dejaba de última. Y los demás chicos como eran sus amigos también me dejaban de última. Empecé a pensar que era verdad, que comparada con mis amigas, tan lindas y delgadas, yo era fea y nadie nunca iba a fijarse en mi. Empecé a dejar de comer, iba más horas a baile. Y cuando no podía evitar comer, luego vomitaba, porque me sentía culpable y la frase ''a ver cuánto de gorda estás'' volvía a mi cabeza. Me hundí sin darme cuenta. Me empecé a odiar tanto porque no veía resultados ante el espejo, sentía que era una fracasada. 

Mis padres, al ver que empezaba a bajar mis notas y que estaba triste, quiso cambiarme de instituto. En este nuevo hice buenos amigos y aunque había grupos divisorios en la clase, al menos nadie me molestaba, sin embargo, los niños te dejaban mucho de lado si no eras linda. Apenas se fijaban en ti si no eras linda y con los niños nunca me llevé bien porque me ignoraban cuando les hablaba. Veía que no les agradaba tan solo fijándome en la manera en la que me miraban. Eso hizo que sintiera que era cierto lo de la lista o lo del comentario de que estaba gorda, así que continué dejando de comer o terminaba devolviendo cuando me sentía mal. Estaba tan enferma que evitaba beber agua o jugo porque pensaba que eso iba a hacerme engordar. No entendía porque pese a que hacía deporte y no comía no adelgazaba, me estaba volviendo loca. No podía pedir ayuda, no sabía cómo pedir ayuda. Un día, mis amigas se enteraron y hablaron conmigo, estaban preocupadas y me ayudaron a reunir el valor para contárselo a mis padres. Fui a un psicólogo y a un psiquiatra y me diagnosticaron trastornos alimenticios. 

Al ver que yo quería mejorar y superar la enfermedad no me internaron. Ahora sigo estudiando y sigo con el mismo grupo de amigas, tengo algunos amigos muy amables y que me cuidan y aunque en el amor los chicos me han tratado mal (uno de ellos me engañó) he conseguido dejar los malos momentos atrás. Todavía sigo luchando día a día contra el espejo y esa frase '' a ver cuánto de gorda estás'', pero ahora sé que no estoy sola y que aunque todavía lo dude sé que no soy una niña gorda y que tampoco soy la más fea. A veces me duele pensar en todo el desprecio de los niños, y también de algunas amigas, incluso todas esas burlas crueles, pero al final, las verdaderas personas feas y fracasadas son aquellas que se reían y se pasaban todo el tiempo haciendo sufrir a los demás.

Aprendí que la belleza no solo es la apariencia sino también el interior.

Con mi historia quiero decirles a esas chicas inseguras que no deben avergonzarse de lo que su espejo les muestra, porque un espejo nunca mostrara el bello interior que tienen. Quiero decirles que no se trata de ser la más bella, se trata de aceptar su belleza, con sus defectos. Jamás nadie conseguirá agradar a todo el mundo sin excepciones, así que da igual lo que digan, si son feas, si son guapas, altas, gordas, delgadas, se trata de ser feliz y de ser feliz siendo como uno es. Sin cambiar por nada ni por nadie. En muchas ocasiones yo cambié mi actitud para intentar agradar a gente, incluso mi corte de pelo y mis gustos y fue el mayor error que cometí nunca.

Luzcan con orgullo sus michelines, o sus curvas, luzcan con orgullo su pelo despeinado, luzcan con orgullo lo que son, porque tal y como son, son maravillosos.

Y gracias a @bullyingstopshere,por escuchar a las personas y darles la oportunidad de brillar con luz propia y aportar un granito de arena con las historias propias.

STOP THE BULLYING.

BE YOU EMBRACE YOURSELF BE YOURSELF BE-AUTIFUL

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