5. Martina

1.5K 203 16
                                    

Martina. 13 años.

Mi nombre es Martina, tengo 13 años y esta es mi historia relacionada con el bullying.

Yo desde pequeña siempre fui una niña que le caía bien a todo el mundo, mis compañeros de clase siempre querían jugar conmigo en los recreos y yo siempre fui una especie de líder. Cuando tenía 8 años me cambiaron de colegio. Éste era pequeño y privado, tenía una organización extraña en la que se juntaban dos grados, ósea, yo iba en 3° año y tenía que estar en la misma sala con los de 4°.

Cuando llegué, traté de ser como siempre era, pero luego descubrí que era un ambiente completamente diferente al que conocía. Éramos solo 4 chicas y los demás era puros hombres. 2 de nosotras eran de 4° año y las otras 2 de 3°.

Me llevaba bien con los chicos de mi curso y con las chicas mayores. Pero cuando conocí a uno de los chicos mayores no sé qué vio el en mí que no le agradó, y comenzó a molestarme, yo le respondía sin miedo, pero él siempre lograba superarme en lo que respecta a palabras. En los recreos me la pasaba sola, y en clases me concentraba lo más posible. Nunca le dije a mis padres ya que creía que era una estupidez. Luego conocí a las chicas de los cursos menores, y empecé a jugar con ellas en los recreos, aunque nunca les conté sobre lo que pasaba con mi compañero de curso.

Los acosos de él seguían, y yo me sentía desorientada, nunca nadie me había tratado hostilmente en toda mi vida y cada vez me sentía más débil frente a él. De dirigirme unas cuantas palabras, me comenzó a humillar públicamente frente a todos mis compañeros, mis ganas de responderle se habían esfumado, y sólo me quedaba ver cómo los mayores se reían de mi desgracia.

Cuando estaba por terminar ese año, en un almuerzo, el hizo una de sus humillaciones, pero entonces yo exploté, me puse a llorar frente a todos, le grité, fue entonces que una profesora fue a ver el alboroto, después de enterarse de lo pasaba, llamó a mis padres ya los de él, y lo sancionó.

Cuando terminó ese año, ellos habían sido movidos junto con los de 6° año. Fue una especie de respiro para mí. Un resguardo de la tormenta. Fui tan feliz durante ese año, no podría describir la sensación de libertad que sentí en ese entonces. Mis padres en casa me apoyaron. Todo iba tan bien. Pero cuando pasé a °5 grado, volvió la tormenta con más fuerza. De nuevo sentí esa debilidad al tener que estar con él todos los días, seguíamos siendo pocas chicas, el número se redujo a 3.

Había una chica nueva, era bastante guapa la verdad, todos los chicos babeaban por ella. Ella se hizo mi amiga, era amable y nunca se retractaba de su belleza. Me juntaba con ella siempre. Pero obviamente él se aprovechó de que ella era más linda que yo, y siempre terminaba llamándome fea, haciéndome sentir finalmente como un desperdicio humano. No satisfecho con eso, se las arregló con mis demás compañeros para hacerme "La Ley del Hielo", ósea, que no me hablaran bajo ningún motivo, trató de convencer a mi amiga, menos mal que al menos ella se quedó a mi lado. Era duro igual. Lloraba más frecuentemente, las palabras cada vez se me hacían más pesadas, y cada vez me sentía peor. Creo que una carga bastante grande para una niña de 10 años. Una vez, cuando tenía la intención de acosarme, algo en mi me llevó a reaccionar y golpearlo. Me sentí tan bien, que seguí dándole puñetazos y patadas con toda la fuerza que tenía. Era tan satisfactorio, hasta que reaccioné, vi lo que había hecho, y huí. NUNCA olvidaré la primera vez que usé la fuerza bruta para tratar de "resolver los problemas".

Mis padres detectaron problemas económicos del colegio y mis problemas personales, y optaron por cambiarme de colegio. Cuando supe la decisión de mis padres, me propuse "cambiar". Ahora recién me vengo a preguntar, "¿qué es lo que tenía que cambiar?". Nada, pero el miedo de que se repitiera lo mismo era lo único que rondaba en mi cabeza en ese momento.

Así que comencé a usar una máscara, y siempre sonreía. Y lo sigo haciendo. Mi personalidad ahora consiste en una chica ruda, risueña, bruta, pero a veces es difícil aguantarse las emociones y termino explotando en momentos oportunos. Odio llorar, me siento débil, y que me estoy traicionando a mí misma. Siento que he llorado lo suficiente como para llorar ahora. Sonrío por acto reflejo, sin que yo lo piense mis labios se curvan en una sonrisa. Me he vuelto desconfiada, y todos mis pensamientos y las ganas de responder a algo que creo que es una injusticia, se pierden en mi mente por miedo a que me miren feo.

La diferencia aquí, es que mis compañeros de ahora no son como los otros. Todos se llevan bien entre ellos, yo me llevo bien con ellos, si alguien se cae mal, simplemente se ignoran y no incluyen a los demás. Trato de no hablar a las espaldas de la gente, ya que sé lo mal que se siente. Cuando mis amigas se ponen a "pelar" a alguien, simplemente callo y veo las cosas que dicen de él o ella.

No se podría decir que yo sufrí bullying, simplemente fue acoso, pero yo les digo a es@s chic@s que siguen sufriendo de esta mierda, los comprendo, ese miedo irrefutable de abrir la boca, no les diré que simplemente vayan a contarle a alguien, sé que no es así de simple, sé que no es una cosa de sólo "ignorar lo que dicen". Debes quererte, los defectos sólo hacen que se destaquen más tus virtudes, eres hermos@ tal y como eres, y nadie puedo decir lo contrario, la(s) persona(s) que te hace(n) daño, piensa que ellos son igual, o incluso, más débiles que tú, más que sentir temor de ellos, deberías sentir pena.

Para los abusadores, ¿crees que haciendo sentirse como mierda a una persona te hará más fuerte? Deberías saber que no, esto que estás haciendo, se volverá en tu contra en algún momento de tu vida, ¿acaso recordarás tus días de colegio como la época en la que acosabas personas sólo para hacerte sentir poderoso? No creo que sea un lindo recuerdo. Estás a tiempo, PARA.

Para los que simplemente observan, no tengas miedo, piensa en esa persona a la que siempre ves cómo maltratan, piensa que él o ella te agradecerá, piensa que acabarás con el infierno de una persona, nadie te pide que seas su amig@, simplemente, ayúdalo de otra manera, como hablando con algún profesor o con sus padres. Creéme, eso es mil veces mejor que recordar a esa persona que siempre veías como sufría y sentirte mal por nunca haber hecho algo al respecto.

ES HORA DE QUE ESTO PARE

NOMÁS.    


BULLYING STOPS HEREWhere stories live. Discover now