24. Ale

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Ale. 13 años.

Bueno primero que nada quería decirles que me encanta esta iniciativa que han creado, pienso que todos debemos contar lo que nos sucede y al menos sentir que tenemos a alguien a nuestro lado.

Aquí va mi historia:
A principios séptimo básico (trece años) me hice amiga del chico más popular de nuestro curso, teníamos una muy bonita amistad, él era popular y muy guapo, yo no lo era tanto pero era la que tenía mejores notas en el curso, la chica que en ese entonces era mi mejor amiga estaba enamorada de este chico desde hace años y al ver que él y yo éramos tan buenos amigos decidió arruinar mi imagen para que este chico no se fijara en mí. Comenzó con pequeñas "bromas" de mal gusto, diciendo que tal vez debería bajar de peso o debería dejar de comer tanto, luego ya comenzó a expandirse, varias chicas me susurraban cosas, me mandaban mensajes de texto y me ponían apodos, nadie quería estar conmigo en los recreos, nadie quería sentarse conmigo en clases, nadie quería formar grupos de trabajo conmigo, nadie quería trotar a mi lado en educación física, nadie quería sentarse conmigo en el almuerzo, simplemente nadie quería acercarse a mí a menos que fuera para hacerme sufrir. Todas las chicas se fueron en mi contra y los chicos simplemente observaban sin decir nada e inclusive mi amigo me dio la espalda en el momento en que más lo necesitaba. Luego ya todo empeoró, cuando llegaba la hora del almuerzo, se burlaban de mí mientras comía, me decían que era una gorda y que ya no necesitaba comer más, entonces cada día, cuando llegaba la hora de comer, iba a los baños y botaba todo mi almuerzo, me quedaba sentada ahí durante el resto del recreo y así fue como comenzó mi anorexia. Bajé un montón de peso pero aún así las burlas nunca se detuvieron, después de los insultos comenzaron los empujones y las zancadillas. Lloraba todos los días encerrada en los baños, no comía nunca, me corté en las muñecas un par de veces, ya no soportaba pasar sola los recreos, me avergonzaba cambiarme ropa en las clases de educación física, me miraba en el espejo y odiaba mi reflejo. 

Un día decidí que debía pedir ayuda a alguien, así que recurrí a mi madre, me avergonzaba contarle todo lo que me estaba sucediendo así que simplemente le dije que en la escuela no tenía amigos y que no me sentía cómoda. Mi madre me dijo que a la escuela se iba a estudiar y no a hacer amigos y ahí fue cuando una parte de mí se rompió. La persona en la que yo más confiaba me había dado la espalda al igual que todos los demás, entonces decidí que me quedaría callada, que no diría nada por el hecho de que nadie me iba a ayudar. 

Estuve dos años así, en silencio, hasta que un chico de un curso inferior se percató de lo que estaba sucediendo y me siguió hasta los baños en uno de los recreos. Miró mis muñecas y miró lo delgada que estaba y me dijo que ellas no valían la pena, me dijo lo ciegas que eran esas personas y me ayudó a salir de ese hoyo en el que estaba metida, me defendió, me aconsejó, me hizo volver a sonreír después de tanto tiempo, y siempre me impulsaba a contarle toda mi historia a mis padres, me negué muchas veces pero finalmente lo hice y le conté todo a mi papá y ahí fue cuando todo cambió, me apoyó, y mi madre estaba demasiado arrepentida por no haberme escuchado y haber evitado que todo esto sucediera. 

Me cambiaron de escuela, donde conocí a gente maravillosa que actualmente son mis amigos, gente que realmente quiero y yo personalmente pienso que, como persona que ha sufrido acoso escolar, es difícil hablar, es difícil expresarles a los demás tu dolor y es aún más difícil hacer que un acosador se de cuenta del daño que está haciendo, son los testigos los que deben hablar, esa persona que ve todos los días como molestan al chico o a una chica indefensa, una de esas personas me ayudó a mí y nosotros también podemos ayudar.

Gracias por leer este mensaje, no saben lo que significa para mí compartir con personas que han vivido situaciones parecidas a las mías.

Ale.
 


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