― ¿Sus Altezas Reales se encuentran bien? ―los sirvientes corrieron al escuchar el ruido, al ver al dios del matrimonio ocultando a su pareja parecieron entender algo por lo que huyeron a toda prisa.

―Un castigo más por lo que los sirvientes malinterpretaron ―añadió sonriendo malvado.

― ¿Qué demonio te poseyó, Kookie? ―interrogó Taehyung todavía entre sus garras.

―No lo sé ―admitió ocultándose en el pecho contrario, abrazó su cintura y recostó la mitad de su peso encima de su lindo prometido―. Yo era un dios desinteresado, luego te conocí y poco a poco encontré que había algo mal en mí, nos separamos, retomé mi antiguo ser y hasta me volví algo cruel con los sentimientos ajenos; entonces regresaste, volvieron los sentimientos que no podía controlar cada vez más intensos y al poder tenerte cerca sólo empeoran. Yo mismo me desconozco, no sé en quién me estoy convirtiendo o quién terminaré siendo. ¿No te pasa lo mismo? ―Su mirada le transmitió un calor abrasador, tan cálido que el dios de los qilin sintió que se derretía.

―Yo tampoco soy como era antes de conocerte, me conoces bien, fuiste el primero en notar lo que ocultaba tras mis risas y mis cantos. Sabes cuando creo escenarios imposibles en mi mente, sabes si estoy feliz o triste, también sabes cómo cambiar mi humor, si necesito protección o si quiero demostrar que soy un gran Antepasado, lo sabes bien.

―Mi vida entera está en tus manos.

―No puedo abrazar tu forma de fénix entre mis manos ―sonrió acariciándole el cabello.

―No necesito que lo hagas, mis necesidades como fénix son compartir el nido con mi pareja y mantenerla confortable.

― ¿Tus necesidades como Segundo Príncipe son diferentes?

―Todas están relacionadas contigo, despertar con mis brazos llenos de tu presencia, escuchar tus risas alegrando el Palacio Sur, verte hacer travesuras, recorrer tu piel, tenerte, besar tu boca de fruto maduro, hacerte llorar de placer...

Antes de terminar la lista, Taehyung se levantó de pronto, se tambaleó hacia adelante, su corazón bombeó demasiado rápido, sintió fuertes arcadas pero no pudo vomitar. El Rey de las Aves lo tomó del brazo preocupado, lo llevó hacia el diván cerca a la ventana.

―Estoy bien. ―El de sonrisa cuadrada vio el miedo en su pareja por lo que se apresuró a tranquilizarlo a pesar de todavía sentirse mal.

―Mandaré por el médico ―indicó el fénix arrodillado frente a él, inconscientemente liberó una ola de poder para revisar el cuerpo del almibarado encontrando que el cultivo estaba agotado.

―No es necesario.

―Taehyung ―llamó serio, su rostro afligido se apoyó en el regazo como si suplicara.

El nombrado cerró los ojos con fuerza, detrás de los párpados habían pequeñas luces de colores. Maldijo porque su repentino malestar arruinó la burbuja en la que estaban.

―Si eso quitará la preocupación de tu rostro, hazlo ―musitó dejándole un beso en la cabeza, él mismo, al tener más conocimiento consciente de su cultivo y poder, buscó el problema. Notó que después de la noche pasada, llena de pasión, había un exceso de poder que recorría caóticamente su cuerpo pero no había sido digerido. Quiso explicárselo a Jungkookie pero el dios del fuego ya había salido a dar la orden.

La Villa del Matrimonio se volcó en el caos, su dios sólo usaba el lugar para asuntos oficiales desde que fue nombrado, al parecer no le gustaba pasar mucho tiempo ahí y la primera vez que no tenía prisa por irse, su futuro prometido se enfermó. Aunque no fuera la culpa de ninguno de los presentes, eso no evitó el pánico entre ellos. Uno se encargó de recolectar agua del nacimiento de la cascada para calentarla, otro se encargó de llevarla junto a una papilla suave de hierbas medicinales para aliviar las molestias, alguien con permiso del Rey de las Aves apagó el incienso por si era una molestia, una dama de la enfermería tomó el pulso asegurándose que la situación no fuera de vida o muerte siendo la que dirigía a los demás, etc.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now