─ ¡No impediré que me juzguen pero deseo que sea la Corte Real la que lo haga! ─chilló como un animal herido.

─Lo lamento, Señora Menor, pero cada Guardián vela por la administración y las reglas de cada palacio, no puedo llevarla salvo el Segundo Príncipe lo autorice.

─ ¿Y el Señor Principal del Territorio Sur? ¿Él también dejará que esto me suceda?

─No impliques al Señor Principal del Territorio Sur, ten cuidado ─amenazó Zheng Guo.

─ ¿Lo ve? Usted me ve como un obstáculo, Su Alteza Real, no entiendo por qué pero es de eso que se trata toda esta farsa y dejarán que me mate sin que pueda mostrar mi inocencia.

─ ¿Cómo mostrarías tu inocencia? ¿Hay forma alguna?

─ ¡Encontraré la manera!

You Wen se sintió impotente, de cierta manera, Raga tenía razón, no había más pruebas que la píldora y no podían actuar abiertamente contra ella. El fénix vio que seguían dando vueltas, por lo tanto, los encerraron a ambos y dejó que el amanecer alejara a la noche; caminó hacia la mansión del pequeño polluelo retomando su castigo esperando a que TaeTae abriera sus ojitos de osito de miel consentido, mas, no fue hasta el mediodía que el almibarado se removió y bostezó.

─Hola, Kookie ─dijo soltando la almohada que abrazó durante la noche, alzó los brazos queriendo ser mimado.

─ ¿Cómo te sientes? ─preguntó acostándose a su lado, lo abrazó sonriendo al sentir que frotaba su carita en su pecho aferrándose a él con brazos y piernas.

─Cansado, creo que toda la fatiga de los días pasados acaba de hacerme su víctima ─puchereó mirándolo con agravio.

─Mandaré por tu desayuno, tomarás la medicina y reposarás el resto del día.

─ ¿Será una hamburguesa doble con queso y papas con salsa de tomate? ─ignoró la mención de la amarga mezcla recetada por el doctor, sus ojitos brillaron mostrando su anhelo.

El dios del fuego dudó un poco ya que el veneno todavía estaba en su cuerpo.

─Sobre eso...

─Me lo prometiste, no puedes faltar a tu promesa. Además, estoy bien ─puchereó.

─Lo consultaré con el médico.

─Está bien ─cedió no queriendo darle problemas, observó su semblante algo cansado así que se irguió dejando suaves besos en sus párpados─. Mi Kookie, Jungkookie, novio de TaeTae... ¿tuviste una noche difícil?

El Segundo Príncipe no le escondió ningún detalle, la impotencia por no poder cuidar mejor a la estrella lo hizo tener una fea mueca en su atractivo rostro conforme narró lo ocurrido. El castañito se preocupó más por él que por sí mismo, le acarició la cara y juntó sus labios en varios ósculos suaves.

─ ¿Por qué eres tan lindo, pequeño osito de miel? ─dudó el fénix lamiendo el rastro invisible en sus belfos, su humor mejoró con el dulce consuelo.

─ ¿Terminaste tu castigo? ¿Por qué no descansas y me dejas lidiar con estos asuntos sólo por esta vez? ─dijo serio.

─ ¿Quieres hacerte cargo? ─dijo bajito tentado por la boca grana.

─Puedo lidiar con la Señora Menor y también con tu padre, te dejaré al semidiós ─propuso situando su palma sobre los ojos ajenos, las pestañas del dios del fuego le dieron picazón─. Mi paga será la hamburguesa.

─Mandaré por el médico primero.

─Pero tengo hambre, anoche no cené ─se quejó.

─Ordenaré que te traigan fruta.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora