(MTL) Te vas sin decir una palabra

Capitulo 08

〈 Vendré a recogerte pronto, Princesa. 〉

Cain besó la mano de Agatha al bajar del carruaje y susurró.

No se le ocurría qué contestar, así que Agatha asintió con la cabeza, entonces el carruaje la dejó y se puso en marcha inmediatamente.

—Whoo.

Antes de entrar en la mansión, Agatha respiró tensa.

Estaba claro que Stella, que esperaba recibir la aprobación de la Princesa para casar a su sobrina con John, haría muchas preguntas al respecto. Si Agatha no pensaba qué decir, posiblemente tendría que sufrir toda la noche.

Esta noche puede pasar tranquilamente, pero si mañana vuelan las noticias del Palacio Imperial, la paz dentro de la casa del Conde se hará añicos. Una paz inquietante que solo durará unas pocas horas. Sentía que estaba peligrosamente parada sobre un cristal que podría romperse y quebrarse.

Agatha levantó los ojos y miró la mansión.

A excepción de algunas habitaciones que ocasionalmente se iluminaban, la mansión estaba toda a oscuras.

A pesar de ser bastante tarde, nadie recibió a la Princesa. No había ningún cochero y mucho menos un sirviente.

Si incluso una sirvienta que va a hacer un recado no vuelve hasta tarde, un par de criadas preocupadas estarán fuera.

Agatha sonrió con amargura cuando su posición en la casa del Conde pareció revelarse claramente. No pasa nada. De todos modos, este es un lugar lujoso donde viven humanos de bajo nivel.

—¡Señorita!

La cabeza de Agatha, que había estado mirando al suelo todo el tiempo para evitar caer en el camino oscuro de la noche, se levantó.

Riana, con una lámpara en la mano, corría y sonreía. Incluso si nadie en el Condado la esperaba, Riana, la criada que siguió a Agatha desde el Ducado, parecía haber estado esperando a su maestra.

Los labios de Agatha, que habían estado rígidos desde el salón del banquete, se suavizaron.

—Riana.

—Pensé que se me iba a caer la garganta de tanto esperar. Es un alivio que haya vuelto sana y salva. Por cierto, ¿disfrutó del banquete de cumpleaños de la Princesa? El salón de banquetes del Palacio Imperial debe ser demasiado hermoso.

Al ver que Riana parloteaba sobre lo delicioso que debió ser la comida, y que hermosas joyas debieron ser esparcidas por el salón de banquetes, pareció aligerar su pesado corazón.

—¿Puedo visitar el Palacio Imperial al menos una vez antes de morir?

Agatha estaba a punto de decir: 'Bien, por supuesto', a Riana, que dijo que su deseo de toda la vida era ver el Palacio Imperial antes de morir. Pero en ese momento, algo salió de la oscuridad y bloqueó a las dos.

—Oye.

Era John.

—¿Por qué llegas tan tarde si no conoces a nadie en el salón de banquetes?

Agatha no quiso contestar. Cualquier cosa que salga de la boca de John es sarcasmo, palabrotas o acoso. Porque él representa las tres cosas.

—Supongo que te quedaste hasta tarde porque querías impresionar a la Princesa.

Al nivel de pensar, Agatha apuró sus pasos. Su actitud indiferente endureció por un momento la sonrisa de Jhon.

¿Cómo te atreves? ¿Me estás ignorando?