Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La Toscana, Italia... si hay lugares que enamoran en el mundo, este es uno de ellos.
Completamente hermoso, con sus coquetos pueblos medievales, sus colinas, viñedos, sus flores y una gastronomía envidiable. Hemos trabajado día a día en la Tratoria Aldini junto a Yukihira e Isshiki sensei, cocinamos, hacemos turismo, vamos de fiesta y se repite el ciclo. Aprendiendo de la cocina Italiana de la mano de los mejores que podrían enseñarnos...los gemelos Aldini.
Definitivamente que suerte tenemos.
Viajar sin tener que poner un real más que gastos que no sean comida, hospedaje y esas cosas, solo si compramos algo de más, practicamente todo pago por parte de la universidad es genial. La directora Nakiri decidió que sería nuestro regalo de gradución, varios grupos ya han venido y nosotros somos uno de los ultimos. Aunque hay otros que fueron a otros paises como francia, e inda en lugar de venir aca.
Todo es tan magnifico que quisiera quedarme aquí, pero lo cierto es que no todo es perfecto, porque mi cabeza es un desastre.
He tenido sueños extraños desde mi cumpleaños y todos son sobre él, no puedo sentirme más mal por Tetsurō al tener en mente más a Gojō que a mi propio novio, menos con los sueños tan raros que he sentido y de igual forma algo a nacido en mí que no entiendo.
¿O tal vez ya había estado allí?
—Ahhhhh— exclamo en un suspiro exasperante al aire.
—¿Qué pasa Agüero? — Isami Aldini en su faceta de gordito, pues estamos en otoño, me mira intrigado —¿Te quejas de tu salsa?
—¡Pero si está quedando deliciosa! — exclama Isshiki sensei.
—Eso es muy cierto — agrego Takumi Aldini.
—Creo que Agüero se pasó de fiesta anoche — agrego Soma sensei.
—¡Pero si usted se fue después que yo de la fiesta! — me queje y era cierto, los viejos sabrosos se quedaron más tiempo que nosotros y lucían como nuevos hoy.
—No es eso, esta confundida —comenta Samu, que tan bien me conoce, es como si leyera mi mente y no por nada es mi mejor amigo —¿Quieres hablar luego, Andro?
Asiento porque hablar con Samu siempre hace bien o mal, pero lo maldigo al instante por decir eso en voz alta. Mis profesores son más que cotilla y me miran atentos, con sus orejas enormes, para escuchar mi explicación.
—Es que no sé si echarle más albahaca o perejil — dije rápidamente para confundir a los chismosos viejos.
¿Viejos? ¿Qué digo viejos, si tienen su edad? - pienso y me rio sola, me había revolcado con Satoru que tiene 28 al igual que ellos.
—¡Así esta perfecta Agüero! — soltó Isami que se saboreaba los dedos.
—Vamos — Soma sensei me pega en la espalda fuertemente y pegó un brinco de la sorpresa. Tendía a hacer eso con todos, pero me tomó desprevenida — Lo que sea que te moleste, olvídalo... estamos en Italia diviértete.
