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✭ [S] ☆

A pesar de la oscuridad de la noche, en Tokio las luces siempre tintinean a toda hora, pero hoy...

Hoy la neblina abunda por toda la ciudad y ni las vallas publicitarias en los rascacielos, las televisiones a color o los faroles, iluminan un poco esta oscuridad.

El invierno está partiendo y aun así el ambiente esta helado.

A pesar de mis costosos abrigos para resguardar el calor, siento el frío claro en mi piel, mis labios están algo partidos, mi nariz congelada y mis manos la acompañan.

Hoy tuve que dejar mi noche usual de juerga, dejar el calor que encontraría en alguna mujer porque hoy estaba sucediendo algo de lo más extraño en Tokio y tanto yo como los otros chamanes lo podíamos sentir.

Cierta energía maldita se desbordaba en la cima de cierto edificio de la ciudad y no podíamos ignorar la apareció repentina de una maldición de grado especial que se había desatado de la nada, trayendo consigo un muy mal clima y pequeñas maldiciones parecían atraídas por el energía maldita como si de algo peor que si de un dedo de Sukuna se tratase.

Como siempre, yo tenía que hacer el trabajo sucio.

Aun no entendía que clase de maldición podía causar esto, porque hasta donde yo sabía el Rey de ellas estaba más que sellado y la escuela estaba recuperando sus dedos.

—¡Bah! Acabemos con esto rápido— exclamé molesto apareciendo en la cima de un edificio.

Tenía a una hermosa americana esta noche esperandome en una habitación de hotel y la deje en medio de la calentura por "cumplir con el deber".

‹‹Con purpura debe bastar››

Preparé en cuestión de segundos mis técnicas malditas con la perfecta combinación.

Con una sonrisa engreída en mi rostro por haber sido tan fácil como todo al sentir la energía de la maldición desaparecer, gire en mi propio eje para irme, pero...

¡No podía estar más equivocado!.

Pensé que la energía maldita había desaparecido porque derrote en nada a la maldición, pero no conté con que ella me atacara a los segundos por la espalda, dejándome completamente sorprendido.

‹‹¿Pero qué diablos?››

Consternación era poco para cómo me sentía.

Ni siquiera una maldición de grado especial significaba mucho para mi.

Soy Satoru Gojō.

Pero esta, estaba sobre mí y me tenía en el suelo, con la espalda contra frío cemento y ella me estaba tocando con sus gruesos muslos desnudos debido a su rasgada ropa aun conmigo usando el infinito constantemente, pero eso no era lo más impresionante, sino la belleza de lo que estaba sobre mí.

‹‹Perfecta››

En mis 28 años, jamás había visto algo tan hermoso o más bien a alguien más hermoso que yo.

‹‹¿Esto es una maldición?››

No podía dejar de preguntármelo, ¿Cómo esto era una maldición? ¿Cómo ella lo era?.

Su vestido blanco estaba rasgado dejando parte de su algo bronceada piel expuesta al intenso frío y entre eso sus gruesos muslos desnudos rodeaban parcialmente mi cintura, su delgada cintura era atada por una cinta roja dejando notar lo pequeña que era, sus pechos se escapan un poco de aquel perfecto escote en v y no llevaba zapatos.

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Where stories live. Discover now