Yona no sabe ni que cara poner, sus encantadores ojos violetas brillaban en sorpresa y su boca estaba abierta a casi salírsele la baba. Me sorprende que se diera cuenta de que yo estaba algo colaborador con Gojō, con lo distraída que era en cosas como esas.
Ella no se dio cuenta que yo la amaba desde siempre, hasta que la besé y me le confesé. Androssi y ella eran iguales en ese aspecto. A veces pensaba que era algo de la familia, pero Kenma Kozume no es aireado como estas dos.
—¡PERO ESO NO QUIERE DECIR NADA! — logró decir y yo sabría que diría eso porque ella ya no estaba cuando todo sucedió. — Con más razón debería tratarla mejor.
—Yona, él no sabe...
—Pero... pero...
La miré enternecido y le acaricié el cabello. Le había ocultado esto por tanto tiempo porque sabía que con lo distraída que era se le escaparía en algún momento y Androssi no podía saberlo, pero ahora que estaba más grande esperaba comprendiera la situación.
—¿Recuerdas la historia de amor favorita de Androssi?
Ella me miró extrañada por el cambio de tema, pero tenía todo que ver y tendría que contarle todo para que ella entendiera.
—Pero...
—Escúchame — le dije autoritario.
—Esta bien.
—El primer árbol de Sakura, el árbol de la historia favorita de Androssi.
—¿Eso que tiene que ver? — frunció Yona todo su entrecejo.
—Yona. — suspire irritado porque ella quiere saber, pero no me quiere dejar hablar — Ese árbol se encuentra dentro de los límites del pueblo chamán. Uno de los árboles sagrados. El árbol más grande dentro de todo el jardín dentro del castillo, él árbol donde ese par se encontraba todos los días, el árbol donde se conocieron y árbol que los maldijo.
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Androssi siempre fue un terremoto, desde su concepción se me otorgó el deber de cuidarla. Así, que la conozco desde antes de nacer.
En la barriga de su madre, pataleaba demasiado y la tenía en un pésimo estado, que empeoraba con los meses como si estuviese diciendo desde adentro "Ya quiero salir".
Vino al mundo mucho antes de tiempo y terminó su gestar en un embrión artificial de vidrio que rodeaba su pequeño cuerpo de agujas. Desde que nació, siempre estuvo entre entrenamientos, experimentos con su cuerpo y el despreció de su madre por no haber sido su decisión traerla al mundo aunque igual intentó quererla pero no lo logró.
