El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)

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—𝕊𝕒𝕥𝕠𝕣𝕦 𝔾𝕠𝕛ō—

Si Adrossi era una Zahard, debía ser estúpidamente fuerte. No tanto como yo, pero los Zahard son un clan tan antiguo como el Gojo y no muchos saben sobre sus rituales malditos, solo se conoce que son tan astutos como los zorros.

Aun ella notando que yo me percaté de que me mintió por la expresión en su rostro. Me mintió de forma tan descarada, lo que no fue nada astuto, pero hizo que me preguntase porqué lo hizo.

Entré tras ella a la cafetería.

—Oya.

—Oya, oya...

—Oya, oya, oya...

—Chicos ¿Qué hacen aquí?

—Hey, hey, hey — se levantó uno de los chicos y señalo a Androssi alegremente — ¡Drossi, Drossi ven acá!

Androssi corrió alegre hacia los tres chicos en la barra que la habían saludado de manera tan peculiar y los abrazó.

Uno era aprox. de la altura de Androssi como unos 1,70cm, de cabello algo largo color pudín recogido en una coleta, sus pupilas eran tan afiladas como la de un gato, consola en mano, solo la dejó de ver para saludar a Androssi. Los otros dos eran casi tan altos como yo o incluso igual de altos: uno de cabello extraño hacía arriba de color gris con líneas negras, cejas pronunciadas, parecía un búho y el otro al igual con ojos de gato, su cabello era completamente negro con una parte hacia arriba y otra parte cubría su rostro, sonrisa coqueta...

Oh, ese chico es peligroso...

Estaba abrazando a Androssi de una forma peculiar, diferente a la forma en la que lo hicieron los otros dos.

—Tenemos tiempo sin venir a probar tus pasteles — dijo el chico peligroso, tomando a Androssi y sentándola parcialmente en su regazo, sin dejar de abrazarla. Lo que me causó molestia. — ya los extrañábamos.

—Sí, sí, sí ¡Hemos venido por pasteles! — exclamó el búho.

—Kuroo solo quería una excusa para venir a verte — murmuro el cabeza de pudín.

—¡Kenma!

—Yo si quiero pasteles — el pudin jugaba con su consola tranquilo.

Me sentí un poco echado un lado al ver como Androssi conversaba y se reía con aquellos chicos, así que acerqué.

—¿Lo lograste? — dijo Hak al verme.

—Tuve que usar el chantaje como dijiste que pasaría — me encogí de hombros.

—Lo supuse — dijo riendo.

—¿Quieres algo para tomar?

—A la dama por favor — dije acercándome a Androssi y gato negro para quitársela. Él me miro con recelo, en cambio Androssi sonrió burlona.

—Ey, ey, ey ¿tú quién eres? — dijo el gato a la defensiva y los otros dos chicos fijaron su mirada en mí. Sentía que el pudín analizaba mis puntos vitales y el otro solo miraba fijamente mi venda.

—¿Qué pasó, Satoru? ¿Estas celoso? — me miro Androssi desafiante.

—Yo pedí pasteles primero — dije como un niño regañado, no sé porque me sentía y actuaba así, pero el coqueteo entre el gato y ella estaba siendo demasiado.

—¿Quién este tipo? — el gato.

—¿Por qué usas una venda? — el búho.

—Usa la venda porque es demasiado apuesto — contestó Hak por mí.