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Mmm siento que he descansado un montón...

Creo que es la primera vez que duermo tanto.

El albino abrió los ojos al sentir un extraño sobre peso sobre su vientre, el cual le preocupo pues no era nada normal.

—Pero... ¿Qué diablos, Androssi? — exclamó al ver como la castaña estaba sentada a horcajadas sobre su abdomen y en sus manos tenía kunais color ámbar apuntando con el filo directo a su cara. Aquello también le preocupo, ya que ni siquiera se había dado cuenta.

—Primero que todo, Buenos días — dijo sería y luego empezó a gritarle — y ¡¿Qué diablos, Androssi?! ¡Qué diablos, Satoru! ¡¿Por qué amanecí con tu camiseta, en tu cama? ¿Acaso me cambiaste?!

—Veo que ya te sientes mejor — se rio él ante lo alterada que se veía aquella chica— Cálmate un poco —le dijo sereno pero sin dejar de sonar juguetón — solo te cambie de ropa porque la otra estaba sucia por nuestra pelea y para que estuvieses más cómoda.

Es mejor aclararle todo, antes de que mis bolas sufran, otra vez...

—Ah era eso.

Eso fue lindo, supongo -pensó ella.

Luego miró de reojo al techo y pareció pensárselo por más tiempo

—¡Me desnudaste inconsciente! ¿Quién diablos te dio permiso?

—Androssi — suspiro él.

Yo no le quite eso.

Se sonrojó al notar que ella ahora no cargaba brasier e intento mirar hacia otro lado para no fijar su mirada nuevamente en el par de pechos que se notaba por encima de la delgada camiseta.

Maldición, mi camiseta se le ve demasiado bien y eso... - pensó al mirarla de reojo por unos microsegundos.

—¡Eso no se hace! ¡Me tocaste sin permiso!

—Androssi — pronuncio su nombre un pesado suspiro.

Ella no lo hace nada fácil. Esta situación...

— Solo te cambie y ya, no paso nada. No me aprovecharía de alguien y mucho menos inconsciente. ¿Por quién me tomas?. No necesito hacer eso... y — sintió como iba en aumento ese ardor en las mejillas y se puso increíblemente nervioso.

Diablos, solo ella logra colorarme.

y ¿te has dado cuenta de que estas sobre un hombre en paños menores?.

—¿Eh? — expresó confusa.

—Y lo peor es que estas en una pose demasiado comprometedora — dijo Satoru quien no pudo evitar llevar sus manos a los muslos desnudos de la chica, pero en realidad a donde quería llevarlas era al par de glúteos que sentía perfectamente sobre su abdomen. — en plena mañana.

Su piel es tan suave y su trasero, ese maldito trasero latino. Demonios... - quito su mirada nuevamente, pero sin retirar sus manos de los muslos de la castaña. Apretó sus muslos con sus manos aplicando poca presion pero lo suficiente para que una corriente recorriera tanto su ser recién despierto como el de la castaña colorada.

—¡Oye! — se quejó la chica que desbloqueo un nuevo tono de rojo al sentir las cálidas y grandes manos del albino sobre sus muslos. — Te voy, te voy a matar — soltó nerviosa mientras intentaba acuchillar al chico con destreza, pero la habilidad del albino se lo impedía. — Maldito infinito, pero te puedo golpear con mis manos...

—¡Androssi! — dijo él tomándole las muñecas con ambas de sus manos y haciendo que soltase los cuchillos para evitar el golpe que venía, del cual él estaba claro que no podría detener— estas caliente...

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Where stories live. Discover now