El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)

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—𝕊𝕒𝕥𝕠𝕣𝕦 𝔾𝕠𝕛ō—

De la nada mi cabeza esta revuelta, estoy furioso, frustrado y maldición que quiero besarla...

Solo unos centímetros, unos malditos centímetros más y si no fuera por Hak y Yona, diablos que lo hubiese conseguido.

—Androssi, el cuerno — dijo Hak y entonces me percaté.

Estaba tan sumido en mi "enojo" que no me había dado cuenta, efectivamente el cuerno de Drossi y su energía maldita había crecido durante los últimos instantes.

—¿Yona, lo ves? —Drossi se tocó la cabeza y miró a la pelirroja.

—No, aun no pero si te enfadas más todos lo vamos a ver y eso si va a ser difícil de explicar.

—Todos se darán cuenta de que eres una cornuda.

Maldición ¿Por qué dije eso?.

Lo cierto es que algo en ella me hace querer enfadarla.

Quiero besarla, pero quiero enfadarla. ¿Qué carajo sucede conmigo?

—Por lo menos no soy una avestruz.

—Enserio, ya... —Hak y Yona nos miraban con frustración.

—Hey... Eh, eto — el búho apareció abriendo la puerta parcialmente —Drossi Rossi venimos a llevar la comida a la mesa.

—Tenemos hambre — dijo un pelinegro de rostro duro

—Y nos cansamos de esperar a que terminen su discusión matrimonial — dijo un rubio amargado abriendo la puerta completamente.

Con la puerta abierta se veían un montón de hombres, algunos jugando videojuegos, otro tirados por allí en lo suyo o conversando y otros nos miraban atentos. Solo se veían dos chicas una de rubia y una de cabello negro. Antes, me había percatado de su presencia pero la había ignorado por la cornuda, digo por Drossi.

— Disculpen la intromisión — dijo un chico de cabello caído pero de colores como el búho.

—Kageyama, Kita y ¿Por qué Tsuki luce como si estuviese muriendo? — dijo Drossi.

—Se convirtió en el cansashima desde el principio del tercer tiempo— soltó el que creo se llama Kageyama.

—No todos somos una bestias incansables. Estábamos contra el Inarizaki/Shiratorizawa.

—Disculpen si los molestamos, pero no estábamos discutiendo — dijo Drossi algo apenada.

—No por su puesto que no, estaban por besarse — dijo otro de cabello rojo hacia arriba.

—¡TENDO NO DIGAS ESAS COSAS ASÍ POR ASÍ! — grito Drossi.

¿Quiénes son todos estos niños?

—¿Y ese quién es este jovencito?— llego otro chico peli gris.

—¡Suga-chan!—Androssi abrazó a este último.

Mmmm... todos son hombres, ¿Por qué todos sus amigos son hombres?

—¿Cómo has estado, pequeña? — le dijo devolviéndole el abrazo y luego miro hacia mi como para analizarme . —Entonces, ¿no piensas presentármelo?

Drossi se mordía el labio fuerte, claramente no quería hacer el jueguecito de fingir conmigo luego de la discusión, pero yo como buen novio falso...

—Soy Satoru, el novio — le tendí la mano a Suga y este me lo devolvió animadamente. Pude ver de reojo el puchero en el rostro de Drossi lo que hizo que mi sonrisa creciera inmensa.