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—𝕊𝕒𝕥𝕠𝕣𝕦 𝔾𝕠𝕛ō—

Después de molestar a Drossi al sentir como tanteaba mi bíceps, lo cual fue adorable, ella se alejó de mí nerviosa. Saqué dos caramelos del bolsillo de mi abrigo, le di uno a Yuji y me quedé hablando con él.

Yuji es el único que parece entender que soy el maestro aquí.

De vez en cuando ojeaba a Drossi. Hoy, vestía unos jeans ajustados acentuando sus anchas caderas y una camiseta a de Gun's and Roses. Lo que me dice que tiene buenos gustos musicales para su edad.

Iba a usar mis lindos ojos para ver bajo su ropa, pero nuestros ojos se encontraron y me miró de forma acusatoria como si supiese exactamente que iba a hacer. Lo que me hizo sentir culpable por primera vez en mi vida.

—¿Qué llevan ustedes dos en sus mochilas? — dije sacándome el caramelo de la boca.

—Nuestros uniformes de chef — dijo Samu, el mejor amigo de Drossi que tiene la misma cara que su ex.

La verdad me alivió escuchar que no se quiere acostar con ella, ya tengo suficiente con el apuesto gato negro.

No es que sea más apuesto que yo, pero cae bien, es divertido, coqueto y tiene buena química con mi chica.

¿Mi chica?

¿En qué diablos estoy pensando?

Solo quiero acostarme con ella y obtener información.

Cuando Drossi dijo que su primo era ridículamente rico, imaginé que iríamos a Roppongi Hills a un gran departamento, pero no. Llegamos a una casa en la rural de Chiyoda, la casa era grande pero vieja al antiguo estilo japones.

Ella estaría mejor en uno de mis departamentos en Roppongi o Shibuya. Le queda más cerca de la u.

—¿Por qué hay tanta gente en mi casa? —el pudín abrió la puerta y abrió los ojos por la sorpresa al vernos.

—¿Qué hay, Kenma? — saludó Samu. —¡Tienes tu propia casa!

—Holi — saludé.

—Samu, solo la alquilo — miró al mencionado y lo dejó pasar junto a Drossi y mis tres niños. Cuando procedí a entrar se colocó al frente mío, tuve que mirar hacia abajo y me encontré con su intensa mirada como ayer. —¿Tú otra vez?

¡Diablos! este niño siempre me pone nervioso con sus intensas miradas.

—Hemos venido a ayudar a tu linda prima a mudarse. — puse mi radiante y convincente sonrisa.

—Ya todo esta dentro.

—Kenma... solo vino a ayudar— me interrumpió Drossi antes de que enojara más al pudín, por alguna razón yo le caía mal. No lo entiendo ¿Por qué me odia? Dejó entrar a todos menos a mí. —además tú no me vas a ayudar porque te da pereza.

—Mmm — refunfuño — entra.

Me dejo pasar con pocas ganas, dentro la casa tenía cosas muy modernas a diferencia de la fachada exterior.

El grupo, mis niños y Samu, estaban con una pila de muchas cosas al lado de la puerta.

Drossi enserio tiene muchas cosas.

Había un montón de cajas, muebles pequeños, el colchón, ropa...

Cuando Drossi dijo que Kenma no ayudaría en nada, fue en serio. Solo nos mostró la que sería la habitación de Drossi, la cual era una bastante amplia al estilo tradicional y se sentó a jugar videojuegos en plena sala.

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Where stories live. Discover now