Capítulo 51

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Tenía que llamar a Cedric.

Él se preocuparía mucho si no la encontraba junto a Freddy, pero...

—Debo hablar con él, Edward.

—Guarda silencio, ya te dije que por ahora no puedes llamarlo.

Siguió manejando y lejos de sentirse angustiada, se sintió enfadada.

—¿Qué sucede?, ¿por qué de pronto apareces y me obligas a seguirte? No lo entiendo, merezco una explicación.

—Y la tendrás, Hope, ten por seguro que la tendrás.

Su celular empezó a sonar y él contestó en el instante.

—Sí, se encontraba con el chofer de Collins, no fue un problema traerla conmigo y he de suponer que no se sentirá tan preocupado al saberla con uno de nosotros. —No, Cedric igual se preocuparía por ella—. Llamará a Damon en cualquier momento.

—¿Con quién estás hablando?, ¿qué me estás escondiendo y por qué no estás en Miami?

Él no le respondió y decidió pisar el acelerador.

—¿Dónde estamos? —preguntó cuándo estacionó el auto y no estuvo muy segura de querer bajar cuando le abrió la puerta—. Dime que me trajiste a tu apartamento y Damon está en él.

—Hope, tranquilízate, jamás te haría daño. Necesito que vengas conmigo.

Cierto... aunque él no la apreciara tanto, nunca le haría daño.

Aceptó su mano y bajó el auto, dubitativa.

—Estamos en una casa, subirás un par de escalinatas.

—No sabía que tuvieras una casa.

—No es mía.

—¿Entonces de quién es?

—Es mía, Hope.

El pulso se le disparó, obligándola a girar el rostro a pesar de que no podría encontrar nada más que oscuridad ante ella, y la emoción la carcomió por dentro al poder reconocer el débil tono de aquella voz.

—Mamá... —Dio un paso hacia la voz, pero luego se dio cuenta que no conocía el lugar y clavó los pies en el suelo—. ¿Qué haces en Manhattan? Creí que estabas en Edimburgo.

—Tienes que entrar, Hope. —Damon estaba con ella—. Tu madre aún sigue en silla de ruedas y no puede ir hacia ti.

¿Dónde estaban?

Edward la instó a avanzar y aclaró sus dudas cuando ingresaron a la casa de su madre.

—Están en la terraza del segundo piso, llevamos todo el día siguiéndote para poder traerte hasta aquí sin la compañía de tu esposo.

—Cedric no sabe que mi madre está aquí, ¿por qué? —inquirió, subiendo las escaleras.

—Porque el muy maldito quería dejarla encerrada en un centro de rehabilitación, Hope.

—¿Qué? —Paró en seco.

—Avanza, tu madre te explicará todo.

Las piernas le temblaron, pero siguió su petición hasta llegar a un salón donde se encontraban sus amigos y su madre.

¿Qué tan grave era la situación para que hasta los gemelos estuvieran ahí?

—Hope... —La voz de Gena tembló y Hope se acercó a ella con ayuda de Edward, pronto se arrodilló y logró abrazarla—. Mi Hope... —Acarició su cabello con ternura, como en los viejos tiempos.

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Onde histórias criam vida. Descubra agora