Capítulo 25

4.6K 1K 147
                                    


¿Esperar a que Guillermo lo trajera?

Sí, como no... Cedric no tenía tiempo que perder y justamente por eso se adentró al callejón después de ordenarle a su chofer que esperara por él.

Durante toda la noche no había podido cerrar un solo ojo recordando los sucesos de la noche anterior y que había tenido que dejar a Hope en ese lugar de mala muerte.

Terminó confesando su amor y tenía la leve sospecha de que no fue el momento más oportuno, cualquiera podría pensar que dijo eso con el fin de endulzar su oído y salirse con la suya a la hora de llevarla a la cama.

Un silbido resonó en el estrecho callejón y paró en seco al ver que cuatro hombres salían de diferentes construcciones.

Eran los escoltas de los hermanos Hanks.

—¿Qué te trae por aquí? El club abre en cuatro horas —aclaró uno en tono poco amigable y Cedric no se inmutó por su amenazante presencia.

—Vengo a ver a mi esposa.

—Es Collins, Peter —dijo uno de pronto, captando la atención del individuo que le estaba hablando—. Hope dijo que lo dejáramos pasar.

Escuchar aquello le llenó el pecho de orgullo.

Ella no le pondría barreras, estaba dispuesta a seguir hablando con él y todo indicaba que los gemelos Hanks aceptarían que él pisara sus dominios, puesto que todos los hombres se dispersaron y le dejaron el camino libre hacia el edificio en el que, suponía, vivía Hope.

—¿Saben en qué piso está? —inquirió y los hombres lo ignoraron.

Maldición, al parecer tendría que averiguarlo por si mismo.

Después de visitar todos los departamentos, ahogó un juramento al enterarse que Hope estaba en el que se ubicaba en planta baja.

Él no vio un departamento en planta baja.

Se percató de unas gradas al lateral del edificio y el pulso se le disparó al imaginarse que ella vivía en ese lugar. Las ventanas estaban cubiertas por pesadas cortinas desde el interior del lugar, por lo que no le quedó más remedio que llamar a la puerta.

Silencio.

Insistió

—¿Sí? —Se oía algo asustada y eso lo rompió por dentro.

¿Tanto miedo le daba oír que alguien llamaba a su puerta a pesar de contar con todos los escoltas que los gemelos contrataron para que la vigilaran?

—Soy yo.

Tomó un tiempo, pero por fin escuchó cómo abría las cerraduras de la puerta.

—¿Qué haces aquí? —inquirió una vez que estuvo dentro y volvió a cerrar la puerta con seguro—. Creí que vendrías para el show.

—Quiero hablar contigo.

La estudió de la cabeza a los pies, percatándose de que acababa de salir de la ducha y la ropa que llevaba puesta era nueva en su indumentaria, pues no había nada igual entre la que estaba en su casa.

Una blusa corta que dejaba ver su ombligo y un lindo short floreado que dejaba en exposición sus largas piernas.

—¿Sucedió algo con Joy? —Se sentó frente a una cómoda, dándole la espalda.

—No, ella está bien. —Arrugó el entrecejo, algo sorprendido al ver como se peinaba y restregaba una crema en el rostro—. Quiero saber cómo te sientes, ayer no pudi...

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant