Capítulo 16

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Si Hope hubiera muerto, él seguiría viviendo sin ningún propósito en la vida.

Si Hope hubiera muerto, él ni siquiera hubiera regresado a Manhattan después de la muerte de su padre.

Si Hope llegara a faltarle otra vez, él simplemente enloquecería.

Era un cobarde, un maldito miserable por no decirle la verdad, por no revelarle que el accidente sucedió por su culpa, pero... no quería perderla, no quería que ella lo odiara e intentara escaparse de su lado otra vez.

Tenía miedo de perderla, la sola idea de despertar en su cama sin Hope al lado suyo era simplemente horrible ahora que por fin tuvo un amanecer junto a ella.

La necesidad de abrazarla, besarla de verdad y llevarla a la cama empezó a palpitar en todas sus extremidades y muy lentamente se apartó de ella para no dejarse llevar por sus instintos.

Ya la había lastimado la tarde anterior, no pensaba cometer ese error dos veces.

—Por favor, no vuelvas a hacer algo así —le suplicó con un hilo de voz y ahora fue él quien se rehusó a hacerle algún tipo de promesa—. No necesito tu lástima.

—Estás más ciega de lo que te imaginas. —Sus palabras no fueron las correctas y el enojo de Hope fue casi palpable—. No te besé por lástima, fue por...

—Me odias, cualquier razón que te haya llevado a besarme, no puede considerarse como algo bueno —espetó con frialdad, retrocediendo con cuidado para no chocar con nada—. ¿Damon trajo mi bastón?

—¿Desde cuándo un hombre necesita una razón para besar a su esposa? —Ignoró su pregunta y Hope apretó la mandíbula.

—Desde que ese hombre no ama a su mujer y está con ella por dinero.

Si ella pudiera verlo, ya se habría dado cuenta que el dinero no le importaba en lo más mínimo y lo único que quería era tenerla junto a él.

—Tengo necesidades. —No obstante, jamás hablaría de sus sentimientos mientras no fuera correspondido—. Y es normal que tarde o temprano las busque en nuestra cama.

—Tienes a Miranda.

Empuñó las manos y contó hasta diez para no gritarle una grosería.

¿Cuántas veces tendría que decirle que Miranda le importaba muy poco?

—Lo que sucedió ayer fue un error, si tú me dejaras mostrarte, podrías descubrir lo placen...

—No, no te dejaré mostrarme nada —respondió con rapidez, exasperada—. Porque nadie puede recibir placer de una persona que la detesta, lo único que tú puedes darme es dolor y sufrimiento.

Auch, fueron palabras muy grotescas, pero en esta ocasión las toleraría.

—Creí que Damon y tú eran una pareja, no sabía que eras vir...

—Quiero bajar. —La voz le tembló—. Ya no quiero seguir con esta conversación.

—Tarde o temprano lo haremos —aseveró.

—Dijiste que no me tocarías si yo no quería.

—Y al parecer usé mal mis palabras, en ese momento no tenía las ideas claras. —La vio tensarse—. No voy a tomarte si no lo deseas. —Nuevamente se relajó—. Pero si quiero tocarte —avanzó hacia ella—, besarte o hacerte el amor con los dedos... —Aspiró su delicioso aroma floral y Hope tiritó—. Lo haré cuantas veces sea necesario para hacerte cambiar de parecer.

—Tú jamás podrías hacerme el amor de ninguna manera —decretó con firmeza e intentó pasarlo de largo, pero sus palabras fueron la gota que colmó el vaso de su paciencia—. ¡Ah! —chilló cuando la estampó contra la pared y antes de que pudiera gritarle, la besó con hambre desmedida.

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Where stories live. Discover now