Capítulo 46

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Cada paso que daba la inspiraba a aumentar todavía más su velocidad, ni siquiera su ceguera era un impedimento para que Hope avanzara por los pasillos del hospital con prisa para llegar a la habitación donde su madre fue trasladada.

Gena estaba despierta, su madre no estaba muerta y mentiría si dijera que esa noticia no la alegraba y aliviaba en exceso.

—¡Hope! —Cedric la sujetó del brazo deteniéndola y sintió como una camilla, rodeada de enfermeros, pasaba por su delante.

Eso estuvo cerca.

—Ten cuidado, por favor —suplicó y la obligó a girarse en su dirección—. Tranquilízate, William me dijo que todo está en orden, no necesitas correr ni arriesgarte.

Asintió, aún abatida, e hizo que soltara sus brazos para que pudiera seguir con su camino.

—Espera... —Nuevamente le impidió avanzar—. Antes de que te reúnas con ella, quiero saber algo.

—¿Qué? —Cedric no podía escoger un momento tan poco adecuado para tener esa conversación.

—Si tuvieras que elegir, ¿con cuál de los dos te quedarías?

La sorpresa la golpeó con fuerza y de pronto la respuesta fue más obvia de lo esperado.

—Contigo.

Ella amaba a Cedric, confiaba en él y por mucho que quisiera a Gena, nunca la seguiría ciegamente; su madre ya la abandonó una vez y una segunda no sería difícil.

—Tomará un tiempo abrir mi empresa aquí, sé que puedo trabajar desde casa, pero no es lo mismo y he considerado regresar a la sucursal principal en Londres, ¿aceptarías mudarte conmigo?

Rápidamente ladeó la cabeza, confundida.

—No creo que sea el momento para hablar de una mudanza que incluye otro continente, Cedric, mi madre...

—Es importante.

—Quiero reunirme con Gena, luego hablaremos mejor del tema.

Cedric no estaba pensando las cosas con claridad, ella no dejaría a su hermana, aunque Joy no lo dijera, necesitaba de compañía y cariño.

—Pero...

—¡Hope, Cedric!

—Joy. —Se volvió sobre su eje y pronto su hermana sujetó una de sus manos—. ¿Dónde está Gena?

—Ven, te llevaré con ella. Aún no me atrevo a decirle nada de lo que ocurrió desde el accidente.

—Iré con ustedes. —Cedric intentó seguirlas, pero Joy lo retuvo.

—Quiero hablar con mi hermana a solas, ¿podrías darnos unos minutos?

—¿Qué quieres decirle que yo no pueda escuchar? —Se sintió conmocionada por el tono de voz tan violento que ejerció—. Sé que tu madre me odia, pero no dejaré que le lave el cerebro a Hope.

—Cedric, quiero hablar con Hope del estado de nuestra madre y puedo asegurarte que ella no le lavará el cerebro porque tiene una parálisis en la mitad del cuerpo.

—¿Qué?

—Ella apenas y puede balbucear incoherencias, pero el doctor dijo que con el tiempo y tratamientos irá mejorando, no debes preocuparte, Hope —susurró con ternura, pero fue inevitable no hacerlo.

—Quiero reunirme con ella —insistió.

—Lo harás, pero...

—Pero ¿qué?

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora