Capítulo 6

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Cedric era plenamente consciente de que su hermano y sus amigos lo estaban esperando fuera del hospital; sin embargo, a pesar de saber qué era lo correcto, por el momento no era capaz de salir del lugar sabiendo que Hope seguía internada ahí.

¿Cuál era su relación con Damon?, ¿por qué habían dos hombres más esperando por ella?, ¿qué tipo de vida estuvo llevando durante diez años si ni siquiera su padre y Gena quisieron apoyarla?

Los ojos le ardieron al recordar lo asustada que había estado al despertar y ahogó una maldición por no haber obedecido a Samuel, de haberse controlado, de haberse alejado del alcohol, nada de esto hubiera sucedido.

—¿Cómo te sientes? —No levantó la vista para enfrentar a William y se limitó a aceptar el vaso de café—. ¿Qué haremos ahora? Reagan y Penélope se llevaron a Felicity y tú no pareces estar muy dispuesto a moverte de aquí.

—Está rodeada de hombres —soltó con voz ronca, dándole un sorbo a su vaso.

—Como tú has estado rodeado de mujeres en los últimos años, Cedric.

Juntó los ojos con fuerza.

—De haber sabido que estaba viva, nunca me habría ido tan lejos.

—Lo sé, hermano, y creo que esa fue la razón que llevó a nuestro padre a mentirte.

Negó con la cabeza, claro que esa no era la razón.

Había más... pero ni William ni Felicity podían enterarse de nada.

—¡¿En qué estuviste pensando?! Por primera vez en sus dieciocho años de vida, Cedric sintió como la palma de su padre se estrellaba en su mejilla. ¡¿Te das cuenta de la gravedad del asunto?!

Observó sus brazos vendados y la piel se le erizó al recordar que horas atrás había estado bañado en sangre, al igual que Hope... Los ojos se le cristalizaron.

—¿Dónde está Hope?

Un tenso silencio se formó entre ellos.

—Yo no quería hacerle daño, papá —confesó con amargura, desesperándose—. Mi madre dijo que...

—¿Qué dijo Wendy? —exigió saber, levemente alarmado—. Habla, Cedric, necesito que me cuentes la verdad para que pueda sacarte de este aprieto.

Pero... A pesar de que su madre lo engañó vilmente, él no se creía capaz de confesar algo así.

Su madre era una víctima más de la amante de su padre, todo era culpa de Gena, si ella no se hubiera metido en la vida de su padre, todo seguiría siendo perfecto en su familia.

—Eugene... —Reagan ingresó a su habitación del hospital y Cedric se tensó al verlo tan serio—. Atraparon a dos de las personas que los estaban siguiendo, son sicarios, podemos decir que pretendían secuestrar a tu hijo para pedir una recompensa.

Sicarios.

—¿Fue tu madre? —preguntó inmediatamente, atónito, y una lágrima se deslizó por su mejilla—. ¡Habla, Cedric!

—Ella me dijo que sólo la usaría para exigirle a Gena que saliera de nuestras vidas, nunca me dijo que llevaría sicarios a nuestro encuentro. Yo...

—La secuestraste —soltó su padre sin expresión alguna en el rostro y asintió, cabizbajo—. Tu madre está demente, ¿cómo pretendió matar a una joven y meterte en un problema tan serio?

—Todo es tu culpa, si no la hubieras engañado nada de esto hubiera sucedido.

—Nada de lo que yo pude haber hecho justifica su proceder —aseveró con firmeza, ofuscado—. Deberías ir a la cárcel junto a Wendy por lo que hicieron.

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum