Capítulo 7

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Tenía el cuerpo entumecido por el dolor y no tenía ni una sola razón para querer abrir los ojos e iniciar un nuevo día. Estaba asustada, realmente preocupada; y es que jamás se podría haber imaginado que Cedric quisiera generarle algún tipo de daño físico.

Una lágrima se deslizó por su mejilla y lentamente giró sobre su lugar y se abrazó a la fina almohada que tenía junto a ella.

Comprendía que se encontraba en el departamento de Damon y su amigo estaba tras de ella, por lo que no quería que la viera en ese estado.

Fue una tonta al creer que todo saldría bien y podría manejar su relación con Cedric sin ningún inconveniente. Debió salir huyendo del hotel desde el momento que su amigo le dijo que él la había dejado plantada, cuando ya sospechó que algo no iba bien.

¿Por qué se quedó?, ¿por qué se aferró a la idea de que Cedric iría por ella?

—Lamento mucho tener que invadir tu espacio —musitó con voz débil y gimió adolorida al sentir un leve dolor en la cadera—. Pero realmente no quiero irme a mi departamento —confesó con amargura y presionó la almohada con más fuerza—. Ellos irán a buscarme, ¿verdad?

El colchón se hundió junto a ella y todos sus músculos entraron en tensión al no identificar la fragancia masculina.

—Más lo siento yo, Hope.

Quiso incorporarse de un brinco, pero Cedric se cernió sobre su cuerpo y la abrazó de tal manera que quedó acorralada en el colchón, todavía dándole la espalda.

No lo entendía, su trato estaba siendo muy diferente al del día anterior.

¿Qué estaba sucediendo?

—Sólo quiero que sepas, que yo jamás te habría vio...

—Lo sé —soltó con un hilo de voz, él no era ese tipo de persona.

Cedric siempre se detenía cuando ella se lo pedía.

—Sé que estás ciega. —Se tensó, le hubiera encantado no tener que recibir esa noticia—. Perdóname por aprovecharme de ti y traerte hasta aquí.

—¿Qué? —La voz le tembló—. ¿Por qué dice...? —En ese momento cayó en cuenta de que no estaba en el hospital ni en el departamento de su amigo.

—¿Dónde estamos?

—Debemos casarnos, debo cuidar de ti.

Rápidamente negó con la cabeza y logró apartarlo mientras se incorporaba sobre el colchón con delicadeza, el cuerpo le dolía demasiado como para hacer movimientos bruscos.

—No puedo hacerlo, no puedo confiar en ti —soltó con amargura y las lágrimas bajaron por sus mejillas. Odió que la sujetara de las manos con firmeza—. Sólo necesité diez minutos para entender que el hombre que amaba ya no existe.

—Hope, debes escucharme —pidió con rapidez—. Estaba furioso, durante años me hicieron creer que estabas muerta, ¿cómo crees que tomé la noticia de que estás viva? Pensé que te burlaste de mí, que decidiste seguir tu vida dejándome en el olvido, quería vengarme por tu traición.

Sollozó con amargura y se abrazó el vientre, alarmada.

—¿Dónde está Damon?

—Por favor —inhaló con pesadez—, deja de nombrarlo.

Negó con la cabeza, necesitaba escuchar a su amigo.

—No puedo casarme contigo, Cedric.

—¿Por qué no?, ¿acaso ya no me quieres?

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora